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Con el hueco vacío que deja la valiosa botella de 1806 de Château d'Yquem da un giro el guion de parte de la historia ... del restaurante Atrio, esa que el millonario robo ha arrebatado a los entusiastas empresarios cacereños de la cocina y el vino, amantes de la música clásica y la ópera. En el año 2000 José Polo y Toño Pérez (en realidad fue José quien pujó por él) adquirieron este ejemplar único que consagraría su bodega.
¿Pero cómo crearon en Cáceres Toño y Jose (como le llaman a éste último sus íntimos) una de las mejores bodegas del mundo? A manos de Polo llegó un catálogo con nombres míticos de vinos franceses. Eso fue a finales de los 80 (Atrio lo abrieron en la plaza de los Maestros en 1986) y Polo empezó a hacerse con algunas referencias a precios «ridículos», según reconoce. «Había Château Latour, Château Cheval Blanc, Château Haut-Brion... los grandes vinos de Burdeos», detalla.
«Yo sabía que esos vinos no los iba a vender pero eran vinos tremendamente longevos y aunque pasaran 50 años no les pasaba nada», explica a este diario el empresario mientras recuerda la primera compra «gorda».
Esa botella especial, otra de d'Yquem, le costó un millón de pesetas. «Fue la primera gran adquisición de la casa. Y de d'Yquem poco a poco fuimos comprando».
Los ladrones tenían claro el objetivo y fueron a por las botellas más viejas, según cuenta, dejando intacta en su vitrina otro Château d'Yquem de 1921 de mayor valor que las otras sustraídas, con un precio en carta de 85.000 euros. A modo de anécdota y para ilustrar que después de comprar la famosa 1806 se enteraron de que en el mercado había falsificaciones de ese tipo de vinos, Polo hace una revelación. «No lo he contado nunca», introduce.
A finales de los 90 un 'negociant' francés tenía una añada mucho más antigua del preciado blanco dulce que valía 13 millones de pesetas. Durante una comida en Atrio en la que se encontraba un exconsejero de Economía de la Junta de Extremadura, el empresario le espetó en tono jocoso al alto cargo extremeño: «¿No me daríais un crédito cero para comprar una botella?». «Si te damos dinero para comprar una botella, a mí me echan de la Junta», le contestó el político.
Bromeando, dice Polo que intentó que el consejero no viera en la operación una botella de vino, «sino como que la botella más antigua que se conocía de la mejor bodega del mundo vendría a Extremadura». Esa botella no fue para Atrio, se la agenció un multimillonario asiático que cuando la llevó a Francia para que la recorcharan, los técnicos de Château d'Yquem no garantizaron su autenticidad.
«Yo tengo una estrella que me protege, porque si llego a hacer un esfuerzo, pedir un crédito de 13 millones, que era una burrada de dinero, para comprar la botella y es falsa, me muero», confiesa con alivio Polo más de 20 años después de aquella historia.
El empresario nunca ha ocultado que a su socio le disgustaba que el dinero que iban ingresando en el restaurante que con tanto tesón montaron, él lo gastara en vinos. Un banquero andorrano que cayó por Atrio en el 2000, a quien la magnífica selección que por entonces ya atesoraban dejó deslumbrado, le dijo que había hecho «la mejor inversión de mi vida». Polo le pidió que esas mismas palabras se las repitiera a su compañero, Toño.
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En la actualidad todo ese vino es una multimillonaria colección de 37.000 botellas reconocida internacionalmente. La bodega está asegurada por varios millones de euros, aunque Polo no habla de cifras. Los empresarios han contratado a un perito externo a la aseguradora para que realice un informe de tasación. «Los seguros van a intentar dar el valor de compra pero ¿qué valor de compra? Además, de la mayoría yo no tengo factura, guardas los papeles cinco años y después los destruyes. Ni siquiera sé que valor de compra tiene», señala Polo.
El empresario reconoce que ha temido que al trascender el suceso la gente lo banalizara por el morbo del dinero sin apreciar su esfuerzo personal y el de su plantilla. «Noto a mis empleados que no saben qué hacer, me pasan la mano por el hombro, me tocan, 'estamos contigo, estamos aquí'. Ha sido un golpe para todos».
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