No hay ni una piedra puesta en el Cuartillo, espacio en el que empezará a erigirse a partir de junio el edificio del Centro Ibérico de Investigación en Almacenamiento Energético (CIIAE) de Cáceres. 22 millones de euros se invertirá en este proyecto que pilota el ... Ministerio de Ciencia y la Junta (a través de Fundecyt). El CIIAE aún no existe más que en los papeles (el proyecto básico se presentará este mes), pero ya tiene vida.
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Cuatro directores científicos trabajan desde hace más de un año en un proyecto algo difuso para muchos cacereños pero que puede poner a la ciudad en el mapa de la ciencia y la investigación. Juan Manuel Pérez (Madrid, 1976), David Parra (Don Benito, 1983), Breogán Pato (La Coruña, 1984) y Francisco Javier Gallego, (Ceuta, 1961) son los pioneros del CIIAE. Trabajan 'de prestado' en el edificio Tajo de la Facultad de Veterinaria antes de que puedan trasladarse a la Politécnica, a cuatro laboratorios y varios despachos en donde se instalarán los 73 investigadores que se van a incorporar este mes de febrero, tras la valoración de méritos y las entrevistas.
Explican que es muy importante dejar claro que «no es un centro tecnológico, sino de ciencia, se van a desarrollar nuevos materiales y nuevos conceptos más allá de los que ya existen», describe Parra. Se trata, por simplificar, de crear ciencia y de aplicarla.
breogán pato
Energía térmica
david parra
Hidrógeno
francisco J. Gallego
Plantas piloto
juan Manuel Pérez
Almacenamiento energético
Los cuatro directores han cambiado de ciudad (de país, en algunos casos) para venir a Cáceres y formar parte de este proyecto. Parra dirige el departamento de hidrógeno y Power-to-X (descarbonización). Ingeniero energético, antes de unirse a este proyecto investigaba en la Universidad de Ginebra (Suiza) y dirigía un grupo de investigación. Hizo su doctorado en Notthingan (Reino Unido) y una instancia en el puntero MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts). «El hidrógeno ahora está muy en boga, hay sectores en nuestra economía como la industria química el transporte pesado de larga distancia o la aviación que cuesta mucho descarbonizar, y ahí es donde se espera que tenga un papel más importante». Él (ligado desde los inicios al proyecto, ya que participó en el comité científico del CIIAE), es el encargado de montar un departamento para dar respuestas científicas a los retos relacionados con la descarbonización de los sectores que cita.
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Juan Manuel Pérez, ingeniero químico, es el director del departamento de almacenamiento eléctrico. «Nos vamos a encargar de baterías (litio, sodio, metalaire, flujo), queremos ver nuevas aplicaciones, nuevos materiales para estas baterías y desarrollar nuevos tipos», explica este ingeniero, que antes de llegar a Cáceres era el encargado en el departamento de I+D de una empresa de reciclado de baterías. «La idea es aplicar todo el conocimiento en los proyectos que vayamos consiguiendo y que vayan entrando».
El doctor en Química Beogán Pato trabajó los últimos dos años en León, en la industria farmacéutica y antes como investigador en la Universidad de Bergen y en la empresa de células solares Ensol, en Noruega. Aquí se encargará de dirigir el departamento de almacenamiento de energía térmica, centrado en almacenar calor. «Una limitación que tienen las baterías de litio es su coste, sin embargo almacenar calor es mucho más económico, en mi departamento nos vamos a encargar de desarrollar nuevos materiales en espacios más compactos».
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Francisco Javier Gallego, ingeniero industrial, es el director de plantas piloto, la joya de la corona de este centro, donde se aplica la ciencia básica en la que se trabaja. Las tres anteriores áreas junto con otras transversales proporcionan unos avances científicos «que se irán escalando para llegar a la industria y puedan realizarse», explica. La idea no es otra que la ciencia llegue al mercado.
Más allá de la incubadora, indican, «se puede colaborar en un proyecto individualmente o vía financiación de la Junta, del Ministerio o de Europa». La mayor parte de su desempeño profesional ha tenido lugar en el sector eléctrico en automoción. «Tenemos muchas ganas de sacar este centro adelante, hay un apoyo muy importante tanto de Fundecyt como de la Junta y del Ministerio de Ciencia, sobre todo con una punta de investigación que es el Ciemat (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas), se han hecho las contrataciones, en un 70% está adjudicado y va a ser una realidad en muy pocos meses».
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El edificio de investigación que se ubicará en el Cuartillo contará con 7.100 metros cuadrados, donde estarán los seis laboratorios de investigación y los tres departamentos. La parte de plantas piloto cuenta con 4.000 metros cuadrados y la incubadora de empresas tecnológicas consta de 1.100. Está previsto que el edificio de plantas piloto esté abierto en abril de 2024, un año más tarde el edifico principal y la incubadora en el verano de 2025. Plazos cortos para una realidad que ya se toca con los dedos.
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