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El duro estío de los bomberos cacereños

El duro estío de los bomberos cacereños

Un no parar. Largas jornadas, graves incendios y un sinfín de salidas. Así ha sido el mes de julio más complicado para el Sepei

Lucía rubio civantoS

CÁCERES

Domingo, 31 de julio 2022, 08:59

Un horario sin descanso, 24 horas y media cubiertas por los 80 bomberos que trabajan mano a mano en el parque de Cáceres. A las nueve menos cuarto comienza un nuevo día que dura hasta las nueve y cuarto del siguiente. No bajan la guardia. Tras el relevo y la comunicación de las incidencias y novedades, los ocho bomberos que trabajan en cada turno empiezan su ajustada rutina con periodos de descanso, entrenamiento, revisiones y formación. Siempre alerta por si surge algún incidente que les obligue en ponerse en acción.

Julio está siendo para ellos un mes sin precedentes, con muchas dificultades y con la imposibilidad de mantener el ritmo normal de trabajo. A los incendios en la ciudad se han sumado las intervenciones en los graves fuegos de la provincia. Víctor Polo, jefe de guardia del parque, explica cómo lo han vivido. «Ha sido horrible, hemos tenido que emplear muchísimos medios, pero luego aparte también cubrir el día a día, atender a los sucesos habituales que tenemos en los parques».

Esta complicada situación ha supuesto grandes esfuerzos, aumentando en ocasiones hasta el doble el número de bomberos en sus puestos de trabajo. Sirva un ejemplo. El jefe del Sepei, Santiago Hernández, inició su descanso veraniego con un viaje. Pero se desencadenaron los acontecimientos y se pasó horas pegado a su teléfono móvil. Poco después estaba incorporado de nuevo al día a día.

También han tenido que colaborar con compañeros de otros municipios, que en ocasiones tuvieron que desplazarse hasta Cáceres para cubrir el parque por falta de personal. «Si nosotros estamos en un incendio forestal fuera del municipio, alguien debe hacerse cargo de los incidentes que puedan surgir en la ciudad, debemos trabajar en equipo» cuenta Víctor Polo.

« Si se cumplen los 'tres 30' surge el riesgo: más de 30 grados de temperatura, menos de 30 de humedad y viento a más de 30 km/h

VÍCTOR POLo

Jefe de guardia

Han asistido en los incendios de nivel 1 fuera de su ámbito de actuación, como el de las Hurdes, que afectó a muchas poblaciones. Además, han atendido los incidentes propios de Cáceres. No han sido pocos. Desde el parque, explican que hubo dos semanas en las que se producían 10 o 12 intervenciones diarias. Algunas llegaban a solaparse en el tiempo. Muchos de estos incidentes eran provocados, según todos los indicios. El asunto se puso en manos de la Policía.

El trabajo de los bomberos no termina aquí, también intervienen en otros sucesos e incidentes, aunque no suela ser noticia. Los más habituales son los rescates en las casas de personas que viven solas, sufren caídas y no se valen por sí mismas. «Ese tipo de intervenciones que se están convirtiendo en demasiado comunes, para nosotros son muy importantes porque las personas son lo primero», expone Víctor Polo.

Sin descanso

En situaciones de sobrecarga el Sepei cuenta con la ayuda del Infoex, que depende de la Junta. Aunque en ocasiones no es suficiente y tienen que solicitar ayuda a compañeros que se encuentran de descanso que siempre acuden a la llamada, son conscientes de que forma parte de su trabajo.

Hay que saber parar. A pesar del celo profesional y entrega, los bomberos deben estar en plenas facultades para poder rendir. Por esta razón, en ocasiones, desde prevención de riesgos laborales tienen que proporcionar las capacidades óptimas para la realización de su trabajo. Se pretende garantizar el aprovisionamiento, relevos y unas condiciones adecuadas. Pero como el jefe de guardia comenta, las condiciones son irremediables y muchas veces aguantar es un acto heroico. Tras esas actuaciones necesitan un descanso.

«Para nosotros lo más importante son los ciudadanos» recalca Polo. La parte más difícil de su labor es enfrentarse a situaciones con personas implicadas, especialmente niños, estar presente cuando la gente tiene que desalojar sus casas o cuando atiendes a personas en las que el siniestro ha afectado a proyectos en los que habían volcado todo su esfuerzo y trabajo.

Y lo que queda. No se puede prever cómo será agosto, depende de las temperaturas. El combustible está más seco y hay más disposición para que pueda salir ardiendo, reseñan. «Cuando se cumplen los 'tres 30', velocidad del aire superior a 30 kilómetros hora, más de 30 grados de temperatura y el índice de humedad por debajo de los 30, eso es un caldo de cultivo, se puede dar un incendio en cualquier momento», resume Víctor Polo.

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