Sara Villegas, fundadora de Dehesia

«Empecé a hacerme cremas para la dermatitis y ya he creado 31 productos»

La marca local de cosmética natural, con tienda física en San Antón, vende sus productos en 250 puntos en España

Cristina Núñez

Cáceres

Miércoles, 22 de enero 2025, 06:50

Hace años Sara Villegas (Cáceres, 1984) empezó a notar que a su piel, con dermatitis atópica, no le iba bien ningún tratamiento del mercado. ... Cocinera de profesión, titulada en Restauración Superior y Turismo, empezó a interesarse por este asunto y a fabricar sus propias cremas, que daba a probar también a su entorno, con éxito. «Encontré en las plantas medicinales el alivio que realmente necesitaba, llevaba años tratándome de asma, de alergias, de dermatitis, de picores y no me acababan de funcionar los tratamientos médicos convencionales, me ayudaban en parte, pero no del todo». Empezó a tratar y a cocinar plantas para hacer bálsamos y jabones. «Fui investigando, estudiando, haciendo cursos, másters, me fui a conocer marcas».

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Casi sin saberlo, por un interés nacido de su propia necesidad, se abría paso una bifurcación en su vida laboral, un nuevo camino. Hace 11 años montó un herbolario en Malpartida de Cáceres. «No podía crear una marca pero sí vender otras, y yo en la trastienda hacía talleres». Fueron siete años en el que logró hacer este negocio rentable, vendiendo a nivel nacional y con un buen posicionamiento. «Lo traspasé y de esta forma logré montar la marca Dehesia junto a mi marido, que se dedica al marketing». Su primera tienda ya bajo este sello fue también en Malpartida de Cáceres, hasta que dio el salto a la capital cacereña.

«Mi secreto es que te guste el sector y seguir picando piedra aunque te cierren puertas»

«Nosotros hemos apostado siempre por el negocio físico, por estar in situ y trabajar cara a cara»

Dehesia es ahora una destacada firma de cosmética natural que se vende on line pero que también tiene una tienda física que, tras estar dos años en la avenida de Portugal, se ha trasladado recientemente a la calle San Antón.

En un momento en el que el comercio local se ve arrasado por el embate de las franquicias, Sara no solo resiste, sino que quiere crecer. «Siempre he querido ir a mejor, la marca siempre ha ido pidiendo un poco más», apostilla. ¿Su secreto del éxito? «Que te guste el sector, que el producto sea bien aceptado y seguir picando piedra aunque te cierren puertas». No es, desde luego, una ocupación a media jornada. «El esfuerzo que hay que hacer de trabajo diario, de emprendimiento real es mucho, no puedes dejar cabos sueltos ni un día...hay que apostar aunque tengas miedo». Otra baza es haber diversificado el negocio. «Vendemos por varios canales, por distribución propia, a través de distintos distribuidores (250 repartidos por toda España), por la página web, donde hay un comercio bastante grande, por Amazon y otros 'market places' y en la tienda física». Han abierto otra vía, la línea de hoteles y casa rurales.

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Marca familiar

Arrancaron con una gama de seis productos, y ahora, señala Arjona, ya tienen 31. «Empezamos por una marca familiar y lanzamos un gel de baño, una leche corporal, una crema facial, un jabón y una crema de manos que hoy siguen tal cual, y además han surgido 31 productos, fórmulas propias». Otra clase es, explica, haberse sabido «diferenciar» y aprovechar un concepto, el de la dehesa extremeña, que tiene mucho que ofrecer más allá del cerdo ibérico y el jamón. El romero, el tomillo, la manzanilla, la lavanda, el olivo, el granado y el almendro, especies que crecen en este ecosistema, entre otras están en estos productos. Aceites y extractos vegetales, aguas florales, mantecas y aloe vera son, básicamente, los ingredientes de estos productos. «No usamos sulfatos como en la cosmética tradicional, empleamos detergencias derivadas del aceite de coco principalmente», explica.

La firma cuenta con el certificado Bio. «Pagamos para que nos garanticen y vigilen el envase, el etiquetado, la publicidad, una buena parte del proceso que hacemos, desde la producción hasta el reciclaje». Esta especie de etiqueta la emite Acene, una certificadora nacional que avala más de 100 firmas ecológicas y veganas.

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El volumen que ha ido adquiriendo este proyecto obligó a buscar un laboratorio externo para poder cubrir la demanda. Éste está en Alicante, en donde se producen todos los artículos siguiendo las formulaciones originales. «Es ecológico y artesano, somos muy exigented, hemos trabajado con otros en España y nos hemos quedado con uno que para nosotros es el único que ha cumplido con las exigencias». Pero la idea es que también el laboratorio pueda estar ubicado en Cáceres. «Está en proyecto».

Lo más inmediato, ya en marcha, es poder ubicar en la planta superior de su establecimiento, una sala de estética ecológica. Le parece muy importante estar a pie de calle y formar parte del tejido comercial. «Nosotros hemos apostado siempre por el negocio físico, siempre por estar in-situ, trabajar con nuestro clientes cara a cara, el on-line funciona muy bien, pero esta es nuestra apuesta».

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En la semipeatonal San Antón eje cultural de la ciudad, justo enfrente de la sala El Brocense y al lado del Gran Teatro, Dehesia llama la atención con unos escaparates que entran por los ojos, decoración bucólica y música de jazz.

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