El encarecimiento de los pisos de alquiler supera la media nacional

El INE (Instituto Nacional de Estadística) acaba de publicar un informe sobre el índice de precios de vivienda en alquiler, cuyo principal objetivo es medir la evolución del coste de la vivienda alquilada como residencia habitual. El dato más reciente que recoge la estadística se refiere al año 2021.

Ese año el coste de los pisos subió un 1,6 por ciento de media en todo el país en comparación con el dato de 2020. En Cáceres capital ese incremento fue de un dos por ciento, cuatro décimas por encima de la cifra nacional.

El estudio también permite analizar la cifra con algo más de perspectiva y comparar el dato de 2021 con el de 2015 para ver la evolución en los últimos seis años. En este caso, el encarecimiento del alquiler en la capital cacereña sería del 9,3 por ciento y estaría por debajo de la media nacional, cifrada en el 12,6 por ciento. Los mayores incrementos son para ciudades como Valencia (donde los precios han subido una 18 por ciento desde 2015), Palma de Mallorca (17,5 por ciento) y Málaga (17 por ciento).

Más datos. Ya con una óptica regional, si se compara el incremento de precios entre Badajoz, Mérida y Cáceres la conclusión es que la capital cacereña fue la que mayor subida experimentó en 2021. Los alquileres en Cáceres llevan seis años de subida.

Los datos están extraídos de fuentes tributarias. El INE hace una división por zonas que permite ver en qué partes de la ciudad se ha incrementado más el alquiler. Estructura la capital cacereña en distritos que van mucho más allá de los límites de los barrios. De esta manera, los distritos donde más se han incrementado los alquileres son el número cuatro y el número cinco, con una subida del 2,7 y el 2,4 por ciento respectivamente. Al distrito cuatro pertenecen Los Castellanos, el Vivero, Cabezarrubia (zona conocida popularmente como Eroski), Nuevo Cáceres, la avenida de Portugal o Antonio Hurtado. En el distrito número cinco está la zona del Rodeo y el Espíritu Santo, entre otras.

Más allá de los números, en el sector inmobiliario los profesionales no vacilan al admitir que el precio del alquiler en Cáceres ha subido como la espuma. Basta echar un vistazo a uno de los portales más populares para ver cuál es la oferta actual. En la zona de Cánovas un piso recién reformado de una habitación se alquila por 630 euros al mes. En esta misma zona también es posible encontrar una vivienda de cuatro habitaciones por 675 euros y otra con la misma capacidad por 900 euros. En Casa Plata hay un piso de una habitación por 500 euros al mes y en Gil Cordero, un piso de dos habitaciones por 550 euros. La opción más asequible está en San Blas: una casa de dos habitaciones por 390 euros.

En la inmobiliaria Manuela Pérez hay pisos que no llegan a anunciarse en su página web. Tienen una lista de espera de personas interesadas en alquilar de la que van tirando cada vez que entra un activo interesante.

«Cada vez hay menos oferta y más cara. Los pisos han subido una barbaridad. Apartamentos de dos dormitorios que antes alquilábamos por 400 o 430 euros ahora están por 550 y hasta por 600 euros», resume Sandra Holgado, empleada de Manuela Pérez. «Y para los estudiantes también está complicado. Los que ya tienen un piso no lo sueltan al ver las subidas. Nos han ofrecido hasta 800 euros por un piso de cuatro dormitorios. Antes, como mucho, por la habitación se pagaban 150 euros», apostilla.

En su opinión, la entrada en vigor de la nueva ley de vivienda ha hecho que algunos propietarios hayan subido el precio y que otros opten por dejar los pisos vacíos. Y aquellos que alquilan piden cada vez más requisitos a sus inquilinos. Algunos llegan a reclamar hasta las tres últimas nóminas y, en algunos casos, dos meses de fianza.

Mientras tanto, Ángela Carrón, asesora comercial de Multigestión Extremeña, apunta que la subida del euríbor ha hecho que más gente opte por alquilar en lugar de comprar y que algunos propietarios, incluso, se deshagan de su vivienda propia por no poder hacer frente al incremento de la hipoteca.

«La demanda es muy grande y la oferta es muy pequeña. Y eso hace que se dispare el incremento de las rentas. Nosotros tenemos un piso en Cánovas, de cien metros, que costaba 600 euros y ahora está en 800», zanja la experta inmobiliaria.

Bárbara Rivero firmó en 2021 su primer contrato laboral tras terminar la carrera. Es psicóloga y trabaja a media jornada en un piso tutelado en Cáceres. Se puso entonces a buscar una vivienda de alquiler para emanciparse. Pero le resultó imposible. Vio que con su sueldo no podía hacer frente a los precios que se pedían. «Estaban muy lejos de mi alcance», admite. Ahora acaba de cumplir su objetivo. Se ha instalado en una vivienda de la parte antigua de dos habitaciones por la que paga 420 euros al mes. Y está encantada.

«He tenido que buscar un segundo trabajo para poder emanciparme», admite. Los fines de semana cuida niños. «La realidad es que los jóvenes lo tenemos bastante crudo, ya que los trabajos a los que tenemos acceso son en muchas ocasiones precarios y los precios de los alquileres cada vez suben más. Creo que las políticas que regulen la subida de los alquileres son ahora más importantes que nunca», reivindica.