

Secciones
Servicios
Destacamos
Si hay una compañía verdaderamente clásica que no suele faltar a ninguna edición del certamen cacereño de teatro esa es la madrileña Morboria, que ... este 2023 cumple 40 años con una intensa agenda que les lleva por toda España.
A Cáceres llegan con 'Los enredos de Scapin', de Molière, un autor que les acompaña desde sus orígenes. Se representará este domingo en el Gran Teatro a las 22.30. La amenaza de lluvia ha obligado al traslado, porque iba a ser en San Jorge.
Fernando Aguado y Eva Palacio son los fundadores de esta compañía que el viernes desgranó en rueda de prensa lo que traen a una ciudad y a un festival que les maravilla. Igual que en 'Romeo y Julieta despiertan...' en esta obra de Molière también se ve en escena a un protagonista que peina canas. «Siempre lo han interpretado actores jóvenes, por aquello de lo que tiene de comedia del arte y de parte saltimbanqui», explicaba Eva Palacio. «Luego, con tiempo y estudio supe que este papel lo hizo Molière casi dos años antes de morir, o sea que lo hizo con cincuenta y pico años de hace más de 350 años, ya era un señor mayor». Pese a ello «la función tiene un ritmo trepidante, un fuego constante y quizás es la más popular de todas las funciones porque es teatro del que llama la atención en las calles, en las plazas, en los mercados». Recurre, indicó la actriz «a todo tipo de tramas, de juegos, de repeticiones de palabras, nos da campo libre para crear y enloquecernos».
El argumento habla matrimonios concertados y amantes y la figura central es Scapin, que, como un mago, urde intrigas durante toda la obra. Cuenta también con música y con un elenco voluminoso: son 10 actores en escena.
Fernando Aguado señaló que la obra «es una fiesta para los sentidos». «Por el vestuario colorista de época que nos gusta tanto, por la música en directo, por las interpretaciones, por el ritmo que le imprime Eva, trepidante y para toda la familia, sobre todo para jóvenes».
No son pocas las cuatro décadas que la compañía lleva a sus espaldas, un tiempo en el que han visto evolucionar al público. La tecnología se ha colado de lleno en la forma de enfrentarnos a la cultura, con productos más rápidos. «Las obras si tienen que durar dos horas o dos horas y diez o dos horas y cuarto duran, pero es algo que los creadores miran mucho porque la concentración del público no es la misma, porque llevamos años con los móviles y todavía hay que decir a la gente que los apague, desde el escenario se sigue viendo pantallas iluminadas y no es porque no les guste la función, es porque tienen un 'tic' o un algo», describió Eva del Palacio. «Pero si les enganchas se entregan absolutamente y se olvidan, que es lo maravilloso que tiene el teatro, y que cada vez va a hacer más falta el estar aquí y ahora en directo».
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.