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El Centro Penitenciario de Cáceres celebra el 3 de junio sus 40 años de existencia en un acto institucional al que acudirá Ángel Luis Ortiz, secretario general de Instituciones Penitenciarias, y la delegada del Gobierno en Extremadura, Yolanda García Seco.
El director de la prisión ... cacereña es Nahum Álvarez Borja, que ha estado al frente de esta institución durante nueve años, en dos etapas: del año 1994 al 2000 y de 2019 hasta ahora.
«Este centro penitenciario –afirma– se terminó de hacer en 1981, pero no fue hasta la primavera de 1982 cuando empezaron a venir los primeros internos, los primeros vinieron de la otra cárcel que había en Cáceres». La otra prisión, la vieja, es la que está sin uso en la calle Héroes de Baler, se llamaba Cáceres I y la que ahora cumple 40 años se llamaba entonces Cáceres II, siendo nombrada como tal en una de las canciones de Extremoduro, en la que Robe Iniesta se preguntaba dónde estaban sus amigos.
«Esta prisión se creó como centro penitenciarios de jóvenes, con presos de 16 a 25 años –explica Nahum Álvarez–. Luego, en el año 2000 cerró Cáceres I, y Cáceres II pasó a denominarse Centro Penitenciario de Cáceres». En esa fecha empezó a tener presas, porque cuando era de jóvenes era masculino. Poco a poco se fueron realizando obras para mejorar las instalaciones, aunque la estructura de la prisión no ha cambiado en todo este tiempo.
Una de las obras que se hizo fue separar los módulos. Se invirtió en seguridad sobre todo después de un motín con heridos que hubo a principios de los años 90.
«En 40 años ha cambiado mucho el perfil de los internos en esta prisión –recalca el director–. En el año 1982 la edad media de los internos era de 24 años y ahora está en los 40. Pero el perfil del recluso no ha cambiado solo en la edad. En los años 80 y 90 había un grave problema de drogodependencia en nuestro país, y muchos delitos estaban asociados a la adicción a las drogas. Eran delitos no solo de tráfico de drogas, sino delitos para poder continuar con la adicción. Eso ha diminuido drásticamente, ahora el primer delito por el que están aquí son los cometidos contra la propiedad (robos y hurtos), y el segundo son los delitos de violencia contra de la mujer».
Cuando comenzó el centro la mayoría de los internos eran de fuera de Extremadura, sobre todo había madrileños y andaluces; pero ahora más del 90% son extremeños. Otro cambio es que desde hace dos años no hay presos de ETA, cuando en Cáceres llegaron a estar encerrados 20 terroristas.
En la actualidad en la prisión cacereña hay alrededor de 300 personas cumpliendo condena; pero hay que añadir las alrededor de 125 que están siendo controlados en el CIS (Centro de Inserción Social) que está en un edificio cercano. Aquí están los que pueden salir los fines de semana o los que sólo van al centro a dormir al estar en régimen abierto. De esos 125 unos 50 no están físicamente ahí, ya que están controlados de forma telemática. Para Nahum Álvarez ese es el futuro, «hay que pasar de la fase de vigilar físicamente a controlar por medios telemáticos. Se puede controlar a la población reclusa sin la necesidad de estar vigilando», asegura.
Él insiste en la necesidad de reinsertar a las personas condenadas. «No tiene sentido –afirma–, mantener a una persona de por vida o muchísimos años en esta institución, porque cuantos más años esté una persona en prisión más difícil es reinsertarla». Asegura que la sociedad tiene que entrar en la prisión. «Poner a una persona en la calle después de estar muchos años en prisión, sin haberla preparado antes, es un grave peligro. Si cumple su condena y no le has preparado, sale a la calle y no sabe qué hacer. Si no los preparamos, la posibilidad de que vuelvan a reincidir es enorme». Asegura que la reincidencia ha bajado un 20% gracias a preparar a los internos para cuando vuelvan a estar en la sociedad; pero insiste en que es necesario el apoyo del exterior.
Una de las inquietudes del director es que los internos tengan acceso a empresas desde la prisión: «Esa es una asignatura pendiente –dice–. Yo hago un llamamiento para que las empresas colaboren con nosotros; ya vamos a preparar a internos en el próximo curso escolar con módulos de formación profesional. Animo a las empresas a que colaboren con nosotros, que vean las instalaciones que tenemos. Hay suficiente espacio aquí para varias empresas».
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