Gloria Fuertes y su pareja Phyllis Turnbull en la Plaza Mayor de Cáceres, de fondo la calle Pintores. Fundación Gloria Fuertes
Desde la Moto de Papel

La escapada de Gloria Fuertes con su novia Phyllis a Cáceres

Hay una fotografía de la famosa poeta con su pareja norteamericana, que algunos dicen que está tomada en Cáceres y otros aseguran que es en una ciudad de Castilla. Esta es la historia de la fotografía y de las dos mujeres que posan en ella

Sergio Lorenzo

Cáceres

Domingo, 22 de octubre 2023, 07:29

De la alegría a la desgracia va poco camino. Estábamos una noche en la Tapería Restaurante Bouquet, la que se encuentra detrás del Ayuntamiento, en la Plaza de las Piñuelas. Disfrutábamos tomando los sabrosos cangrejos de concha blanda con tempura de siete especias, a 7, ... 5 euros la pieza. Caridad mojaba el cangrejo en la salsa y decía que le parecía increíble que se comiera todo, hasta la concha, cuando Ana le dijo a su novio Guinea que tenía una fotografía que le iba a encantar.

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–Mirad. Es Gloria Fuertes con su novia norteamericana. –Nos enseñó en su móvil una foto de la famosa poeta con otra mujer, las dos vestidas casi igual, falda oscura y parte superior clara–. La he visto en Facebook, unos aseguran que la foto está hecha alrededor de 1975, en la Plaza Mayor, junto a la calle Pintores.

–Hombre. La de «El pájaro pica, el gato maúlla, la araña se escurre por ser tan capulla» -Dijo Guinea recordando la imitación de Martes y 13 de Gloria Fuertes, mientras a Ana se le cambiaba el rostro.

–No te burles de una de las mejores poetas que hemos tenido. –Le cortó la novia.

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–No será para tanto. Si es la de la pata Paca mete la pata, el gato garabato y otras tonterías así. No sé como en Cáceres lleva su nombre una calle y un parque. –Dijo el irresponsable.

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–Una cosa es la Gloria Fuertes poeta para niños... ¡Para niños! Y otra la gran Gloria Fuertes poeta social. No tienes ni idea. Eres un inculto. La verdad es que no sé que hago contigo.

No volvieron a hablar en toda la noche. Al día siguiente vi que el fotógrafo llegó a la Redacción con varios libros de la Biblioteca, todos de Gloria Fuertes. Mientras esperaba a que le avisaran para hacer alguna foto se enfrascó en los libros, tomando apuntes en unos folios. Así estuvo varios días, hasta que el viernes por la noche quedamos otra vez a tomar los cangrejos de cáscara blanda en el mismo sitio. Había tirantez en Ana cuando Guinea le decía cualquier cosa. Al llegar a la hora del café y los licores, el compañero sacó sus folios con anotaciones y empezó a hablar.

–Sobre la foto que enseñaste el otro día, Ana. Hay quien señala que está tomada en Cáceres y hay quien dice que es una ciudad de Castilla, sin especificar. Lo cierto es que es Cáceres porque, además de verse parte de los soportales de la Plaza Mayor, en la calle está el gran letrero de los Almacenes Mendoza, que estuvieron en la calle Pintores desde 1958 hasta los años 90. La foto es de antes de 1971, porque a principios de ese año es cuando se murió de cáncer, con solo 47 años, Phyllis, el gran amor de Gloria. Me inclino a creer que es de 1969, porque así aparece en 'El libro de Gloria Fuertes', una interesante obra publicada en 2017, año en el que hubiera cumplido cien años la poeta, a la que no le gustaba nada que le llamaran poetisa.

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–Sí, tiene que ser por esa fecha –comentó Ana, que estaba empezando a mirar al novio con otros ojos.

En 1958, repartiendo libros de la Biblioteca Infantil Ambulante en pueblos de Madrid. Fundación Gloria Fuertes

–En el año 1955 –siguió Guinea–, Gloria empezó a estudiar Biblioteconomía e Inglés en el Instituto Internacional de Madrid. Conoce a la directora del centro, a Phyllis Turnbull, y las dos se enamoran. Se van a vivir juntas a una casa que la norteamericana construye en Soto del Real, a 40 kilómetros de Madrid. Allí crean la Biblioteca Infantil Ambulante. Hay una foto muy bonita de Gloria con su Vespa llevando libros a pueblos de Madrid. En 1961, gracias a su novia, Gloria consigue una beca para dar clase de literatura española en la Universidad Bucknell, en Pennsylvania, y allí Gloria dirige una residencia femenina, La Casa Española de Bucknell para 14 chicas. En 1964 la poeta vuelve de Estados Unidos y da clase de español a norteamericanos en el Instituto Internacional. Phyllis tiene dinero y compra un piso en la calle Alberto Alcocer de Madrid, piso que dejó en usufructo a Gloria y es en donde vive ella hasta su muerte en 1998, de cáncer de pulmón.

–Cuando estaba en Madrid un amigo la entrevistó –señalé–, y me acuerdo que le impactó que fumaba 'Bisonte' sin boquilla, y tenía los dedos amarillos de la nicotina. Me dijo que era muy simpática y que le gustaba beber whisky.

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–Desde que regresó de Pennsylvania, las dos se dedicaron a hacer turismo por España, –continuó el fotógrafo ante la mirada de la boquiabierta Ana–. Recorrieron ciudades como Cáceres, en donde a Phyllis le gustaba buscar muebles antiguos. La relación se enturbió algo en 1970 porque con ellas estaba viviendo Selma, una amante encubierta que trajo Gloria de Estados Unidos. Phyllys se muere y Gloria entra en una depresión que le dura tres años. Tiempo después le diría a su amigo Vicente Molina Foix: «Fui al metro decidida a matarme; pero al ir a sacar el billete ligué, y en vez de tirarme al tren me tiré a la taquillera».

–Vaya mujer –dijo Caridad.

–Tuvo una vida difícil. Nació en Lavapiés, su padre era conserje y su madre cosía y limpiaba. Una noche ella ayuda a su madre a limpiar en la Redacción de la revista Lecturas, y Gloria deja en la mesa del director una poesía, que se publica. Tenía 14 años. –El fotógrafo siguió buscando en los folios–. De niña se le muere atropellado su compañero de juegos, su hermano Angelín. Se enamora, sin suerte, de su vecino el humorista Gila, y su primer novio es Manuel Rodríguez, un obrero anarquista, que muere en la Guerra en 1936. Su segundo novio es un médico franquista, Eugenio Rosado Rivas, que estaba separado. Le detienen y Gloria le visita en la cárcel hasta que se lo fusilan en 1938. En 1940 tiene su primera novia, la profesora Chelo Sánchez, su romance termina pronto, no obstante su amistad es duradera. Chelo se casa y tiene hijos, pero trabaja para Gloria de secretaria y cocinera hasta que se muere en los 80. En 1942 se empareja por un tiempo con el poeta Carlos Edmundo de Ory.

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Año 1974 con su amiga la cantante Mari Trini, que años después le cantó en su lecho de muerte, las dos solas en la habitación. De 'El libro de Gloria Fuertes'

–Tuvo muchos amores, pero el más largo fue con Phyllis. Se han publicado unas cartas de ellas muy bonitas –señaló Ana.

–En los 80 tenía una novia... Micaela... Esperad. –Miró el fotógrafo sus apuntes– Después de estar con Gloria, el 7 de diciembre de 1983 tomó un avión a Roma que se estrelló. Micaela estaba entre los 135 muertos. Luego tuvo una relación con una mujer casada y con hijos, llamada Marisa, a la que dedicó su libro 'Mujer de verso en pecho'. De la que estuvo muy enamorada fue de la cantante Mari Trini, que no le correspondió pero fueron amigas. En el lecho de muerte se llevó la guitarra y le cantó, ellas dos solas en la habitación. –Miró a su novia y siguió–. En su lápida pone: «Ya creo que lo he dicho todo. Y que ya todo lo amé». Era una gran poeta.

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Ana se levantó, le cogió la cara con las dos manos y le dio un beso largo, eterno.

De la desgracia a la alegría el camino también es corto.

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