Exteriores desaconseja que la Fundacion Lumbini se relacione con el gobierno de Birmania

«La postura de España y del resto de Europa es no reconocer ese gobierno y no recomendar contactos con ellos», responde a HOY el gabinete de prensa del Ministerio de Exteriores, que indica que el cuerpo diplomático se enteró a posteriori de esta visita. Se trata, pues, de una misión que se llevó a cabo sin el respaldo ni el conocimiento del gobierno de España. «No reprendemos ni interferimos, son recomendaciones», señalan, pero reconocen que solamente se aconsejan «conversaciones logísticas», sobre envíos de mercancías.

En la web del Ministerio de Exteriores se pinta una situación compleja en Birmania y se recomienda no viajar al país salvo «por razones excepcionales y justificadas». Se detalla que después del golpe de Estado «se observa una proliferación de actos y episodios de violencia en zonas rurales habiendo afectado a civiles». Según explica el Ministerio de Exteriores hay diariamente explosiones o atentados en diferentes zonas urbanas, toque de queda entre la medianoche y las cuatro de la madrugada, detenciones diarias por manifestaciones contra las autoridades, redadas y registros». El sistema bancario funciona de manera deficiente y, apunta Exteriores, muchos bancos operan con servicios reducidos.

Ricardo Guerrero es director de relaciones institucionales de la Fundación Lumbini. Reconoce que se produjo esa reunión, pero diferencia el papel de la Junta Militar del gobierno, y argumenta que los primeros contactos con Birmania son «anteriores» al golpe de estado. Indica que las instituciones birmanas fueron conscientes de la visita al lograr los miembros de esta misión el visado, y que la reunión, que fue «de cortesía» con el ministro de Turismo, se justifica por la importancia de la dimensión turística del proyecto Gran Buda.

Guerrero insiste que estos contactos no tienen «connotaciones políticas». Explica que las minas de Birmania donarán piedra de jade para la elaboración de la estatua del Gran Buda. La réplica que se ubica en el museo Pedrilla de Cáceres procede de este país. Al mismo tiempo se entablan relaciones con templos que van a participar en el proyecto de Cáceres.

La situación del país no le es ajena a la Fundación Lumbini, que recuerda que su objetivo es la promoción de la cultura de la paz. Por ello, indica Guerrero, este viaje también ha servido para brindar su colaboración en «la búsqueda de una salida pacífica» a la situación en Birmania, en donde permanece encarcelada la exconsejera de Estado Aung San Suu Kyi, premio Nobel de la Paz. El director de relaciones internacionales de Lumbini subraya que el papel de esta organización va más allá de la construcción del complejo budista en Cáceres y que también contribuye a labores humanitarias, como la construcción de una maternidad en Nepal.

El viaje de la Fundación Lumbini, que aún continúa, se enmarca en sus misiones habituales para recabar apoyos para la construcción de los templos en el monte Arropé, en donde se ubicará el complejo budista si finalmente logra los permisos para edificar en un terreno que aún tiene protección ambiental. Este viaje ha transcurrido por Myanmar, Tailandia y Laos.

El propio José Manuel Vilanova detalla en sus escritos en redes sociales cómo transcurre este periplo y qué hicieron en Birmania. «Nos hemos reunido con el Presidente de Puerto de Kyauk Phyu, zona económica especial de Myanmar, que nos ha explicado con su equipo de expertos los avances y la evolución de esta gran zona económica del océano Indico, y nos hemos reunido con el Venerable Sitagu Sayadaw Gyi, quien nos ha presentado el proyecto de construcción de la pagoda birmana para Cáceres». También visitaron las minas de Mandalay «para ver los procesos constructivos de las estatuas de jade que la Fundacion Lumbini Garden dona a los diferentes países budistas que participan en el proyecto Gran Buda de Cáceres».

La Junta de Extremadura, que aportó 218.000 euros para las jornadas budistas que se celebraron en Cáceres el pasado mes de abril señala que «no tiene conocimiento» de este viaje y que la Fundación Lumbini «es privada y, como tal, su presidente no tiene ninguna obligación de comunicar su agenda a la Junta de Extremadura». Este viaje «no forma parte de los acuerdos recogidos en el memorando de entendimiento entre la Fundación Lumbini y la Junta de Extremadura», indican.