Acto budista en el monte Arropez en 2021. HOY

La Fundación Lumbini presenta su renuncia formal al complejo budista en Arropez, en Cáceres

La intención de los promotores, como ya anunciaron el pasado diciembre, es ahora levantar la estatua gigante y el resto de instalaciones en una zona próxima a Cerro Romanos

M. M. N.

Cáceres

Sábado, 9 de marzo 2024, 07:52

La Fundación Lumbini Garden ha presentado un escrito en el Ayuntamiento en el que se renuncia de forma oficial a construir el complejo budista en el Cerro Arropez. Fue la primera ubicación que se planteó y requería la cesión de los terrenos por parte del ... Consistorio al ser de propiedad municipal. El asunto pasó este viernes por la Junta de Gobierno.

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El portavoz municipal, Ángel Orgaz, defiende que ello supone evitar un problema al Ayuntamiento, que ha reconducido, asegura, esta iniciativa privada. «Es el desistimiento formal de Arropez para el proyecto del Gran Buda», afirma Orgaz. Cree que así se pone fin a una etapa y empieza otra en la que no es necesario ceder suelo público para que se haga realidad ese complejo. «Donde había un proyecto repleto de problemas hoy tenemos un proyecto mucho más cercano para ser una realidad y sin que ello suponga riesgos para el Ayuntamiento de Cáceres», opina el concejal portavoz.

Orgaz remarca que la intención de la Fundación Lumbini es levantar sus instalaciones en una zona próxima a Cerro Romanos, tal y como trascendió tras una reunión mantenida por miembros de la organización y el alcalde, Rafael Mateos, en diciembre. Son unas 60 hectáreas de terreno rústico sin protección ambiental. Se ubica a unos 700 metros de la ermita de Santa Lucía, muy próximo a la urbanización Sierra de San Pedro y de la N-523.

A diferencia de Arropez se trata de terreno privado, por lo que en este caso no será necesaria una operación de cesión a largo plazo de terreno público como se había venido planteando hasta ahora en la zona que ha sido descartada definitivamente por su protección ambiental (zona ZEPA), la incidencia con derechos mineros vinculados al suelo y las cuestiones administrativas que impedían que se desarrollara de forma completa. En Cerro Romanos se abordará la inversión en un terreno de carácter privado que pertenece a seis propietarios y sobre el que existe ya una opción de compra. Hay un fragmento de seis hectáreas con cuyos propietarios no se ha logrado llegar a un acuerdo y que provoca una discontinuidad. La estatua no se verá desde lejos porque ya no estará en lo alto de un cerro, sino en un valle.

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