Bajo el matacán del palacio de la Generala están los escudos de Ovando-Mogollón (cruz de Calatrava con conchas de peregrino y dos osos). Archivo Teófilo Amores
Desde la Moto de Papel

El jardín desaparecido y... ¿Quién fue la Generala de Cáceres?

Han muerto las tres palmeras del palacio de la Generala, ha quedado una fea explanada de piedra; pero aquí hubo en su día un jardín que se perdió, que adornaba el edificio que recuerda a una mujer con mucho poder

Sergio Lorenzo

Cáceres

Domingo, 1 de octubre 2023, 08:11

Paseando al atardecer por la Ciudad Monumental de Cáceres, el difunto Sanjosé se reía con ganas al contarle la historia del compañero Caridad maldiciendo, con ... la camiseta mojada de sudor bajo la americana, después de hacer el recorrido de la guía turística de Floriano Cumbreño, 'Cáceres Monumental, visto en una hora'. Bajábamos por los adarves hacia el Arco de la Estrella, y junto al palacio de la Generala me dijo:

Publicidad

–Por cierto, Juntaletras. ¿No te fijaste en una cosa curiosa de esa guía de 1941, sobre este lugar?

–Pues no, la verdad. –Respondí algo temeroso.

–Vaya por Dios. –Lamentó meneando la cabeza–. Hay que fijarse más, hombre. Escucha que te lea un párrafo... –Sanjosé miró al cielo que se iba oscureciendo sobre los palacios de canela, cerró los ojos y leyó mentalmente–: «El palacio de la Generala, que perteneció al enlace de linajes Ovando-Mogollón, y que es uno de los edificios más característicos de la arquitectura señorial de tipo urbano, en el que se mezclan los elementos civiles, como ventanas, balcones, molduras, etcétera, con los de arquitectura militar, como es la barbacana que antecede y el tambor semicilíndrico que defiende la puerta. El mejor punto de vista para contemplar esta severa fachada es el jardín que ha sido construido en la barbacana»–. Al terminar de decir la última frase me miró agrandado los ojos.

–Pero... ¿de qué jardín habla? Si aquí había tres hermosas palmeras que por desgracia no han sobrevivido al maldito picudo rojo, y ahora lo que hay es una triste explanada de piedra con los tres tocones.

–Pues ya tienes tarea: encontrar pruebas de la existencia de ese jardín desaparecido. Te recomiendo que busques en planos y fotos antiguas. Bueno, hasta luego que me espera un recién muerto en el Cerro del Milano para llevarle al cielo.

Publicidad

Galería

Se fue dejándome el encargo. Esa misma noche ya estaba yo enfrascado viendo los planos antiguos de la ciudad que ha digitalizado el SIG del Ayuntamiento. Después de estudiar varios, vi que en uno sí aparecía el jardín: en el de 1931.

El plano de 1931 en el que aparece el jardín del palacio de la Generala. SIG ayuntamiento de Cáceres

Al día siguiente pregunté a Fernando Jíménez Berrocal, responsable del Archivo Histórico Municipal de Cáceres, que me encontró una imagen de hace un siglo en donde se veía algo del jardín; pero la mejor foto de ese lugar la encontré en el archivo de Teófilo Amores.

Publicidad

Una vez que ya tenía algo con lo que contentar al maestro, me entró la curiosidad por saber más de este palacio que resulta que es del siglo XIV, con reformas del XV, que tiene la peculiaridad de que se levantó sobre una plataforma, la barbacana; y que se identifica por un matacán con aspilleras, un tambor semicilíndrico colocado sobre la puerta para su defensa, y dos escudos de Ovando-Mogollón (cruz de Calatrava con conchas de peregrino y dos osos). Un edificio que fue sede del Ayuntamiento de 1860 a 1869, hasta que se construyó el edificio actual. Luego lo compró el Obispado para instalar los sindicatos católicos (Acción Católica), y el Diario Extremadura desde 1923. En los 80 fue Facultad de Derecho, y luego pusieron los servicios centrales de la Universidad de Extremadura.

Antonio Floriano Cumbreño recomendaba ver la Ciudad Monumental desde el jardín de la barbacana del palacio de la Generala. Ahora no hay jardín, hay una gran explanada de piedra y tres tocones de las palmeras muertas. Salvador Guinea

¿Y el nombre de la Generala? ¿Quién era la Generala? Aquí confieso que me desquicié un poco, porque hay dos versiones, según quien lo cuente.

Publicidad

Resulta que en publicaciones de Antonio Bueno Flores, Fernando García Morales y del propio Ayuntamiento, el nombre se refiere a María Josefa de Ovando, marquesa del Reino y de Camarena la Vieja que se murió en 1775, y que se decía que mandaba más que su marido, el general Antonio Vicente de Arce Porres y Eraso, natural de Brozas, que fortificó Badajoz en el siglo XVIII. Esa es una hipótesis, pero hay otra.

Según Santos Benítez Floriano, Antonio Rubio Rojas, José Miguel de Mayoralgo y Lodo y Juan de la Cruz Gutiérrez, la Generala era otra mujer que vivió en este palacio: María Cayetana Vicenta de Ovando Calderón, que en 1753 se casó con el militar Vicente Francisco de Ovando y Rol de la Cerda, primer marqués de Camarena la Real, regidor de Cáceres, señor de la Arguijuela de Abajo, que combatió en Orán y Nápoles, fue gobernador militar de Badajoz, comandante general de Extremadura, y que con 70 años fue nombrado teniente general.

Publicidad

El jardín del palacio de la Generala en una fotografía de principios del siglo pasado. Archivo Teófilo Amores

Era tal el cacao que tenía en la cabeza, que el otro día al atardecer fui a buscar a Sanjosé a la Iglesia de San Mateo. Allí estaba en la capilla de la entrada a la izquierda, ante su cuadro preferido, el del Cristo de la Encina. Le vi, me miró y le hice una señal con la cabeza para que saliera fuera.

–¿Qué quieres, que vienes con tanta prisa? –Me preguntó saliendo a la plaza de San Mateo.

–Vamos a ver... ¿Quién demonios era la Generala: ¿La María Josefa que se casó con el general de Brozas o la María Cayetana casada con el comandante general de Extremadura?

Noticia Patrocinada

–Vaya, parece que te van gustando cada vez más los misterios de Cáceres. Esto es como una droga –dijo riendo, mientras se sentaba en los bancos de piedra corridos–. Vamos a ver, María Josefa se murió a los dos años de estar casada, al dar a luz a su hijo Antonio María y tenía... 24 años. La otra María, la Cayetana, sobrevivió al marido 21 años. Murió en 1802.

–Entonces... ¿Esa era la Generala? –Quise saber de una vez por todas.

–Exactamente. La viuda era rica y tenía mucho poder. Poseía casas aquí, pero también en Madrid y Getafe, muchas joyas y hasta obras de Velázquez.

Publicidad

Aclarado el misterio, le dije lo que había conseguido del jardín desaparecido y él me ordenó: «Debes escribir sobre ese espacio ajardinado. Hay que volver a recuperarlo y poner otras palmeras. Las palmeras son un símbolo de la parte antigua, y cada vez hay menos».

Dicho y hecho. Yo no me ando con tonterías con el fantasma de la Ciudad Monumental.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Escoge el plan de suscripción que mejor se adapte a tí.

Publicidad