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Madre e hijo antes de ser privados de libertad tras conocer el veredicto del jurado. HOY

La madre y el hijo de Logrosán que asesinaron a un convecino son condenados, cada uno, a 17 años de cárcel

Ella le pegó con un collar tibetano con bolas de acero, y él le asestó dos puñaladas que acabaron con su vida.

Sergio Lorenzo

Cáceres

Lunes, 9 de octubre 2023, 14:03

La Audiencia Provincial de Cáceres, conforme al veredicto de culpabilidad emitido por un tribunal de jurado el pasado jueves, ha condenado a 17 años de ... prisión a cada uno de los dos acusados de asesinar a un hombre, en la madrugada del 2 de noviembre de 2019 en la localidad cacereña de Logrosán.

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Los dos asesinos son madre e hijo: ella es María Yolanda G. G. de alrededor de 43 años, y él Juan J. G. de 22 años. La víctima, Óscar José G. G. tenía 32 años.

Los dos condenados tendrán que indemnizar además, de manera conjunta y solidaria, a los padres y hermana del asesinado con una cantidad de 215.000 euros.

La sentencia recoge como hechos probados que entre Juan y la víctima existían malas relaciones. Trece días antes, el 20 de octubre de 2019, Óscar denunció a Juan en la Guardia Civil por tenencia ilícita de armas y tráfico de drogas, lo que dio lugar a la apertura de diligencias policiales.

Óscar había sido pareja de la suegra de Juan, y ese mismo 20 de octubre, la madre y la hermana de Óscar fueron a la casa de la suegra de Juan a recoger las cosas de Óscar ya que le habían echado de la casa. Allí estaba Juan, que les enseñó un revólver y le entregó a la hermana de Óscar una bala diciéndole: «Ésta dásela a tu hermano, y el resto se las voy a meter en el pecho».

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La madre de Óscar llamó por teléfono a la madre de Juan, a la condenada Yolanda, para contarle lo ocurrido, y ella le dijo: «Esto te ha pasado con mi hijo, porque si das conmigo le estarías velando».

Óscar en la noche de los hechos estuvo consumiendo una cantidad importante de alcohol y sustancias estupefacientes que mermaban sus facultades. En un momento de la noche se acercó al bar que regentaba Juan, el bar Capitol, y desde las inmediaciones llamó dos veces a la Guardia Civil diciendo que en el bar se estaba vendiendo cocaína.

Un amigo de Juan supo de las llamadas y le avisó que Óscar le había denunciado otra vez. Juan se lo dijo a la madre y los dos fueron a buscar a quien les había denunciado con la intención de matarle.

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Le encontraron alrededor de las cuatro de la madrugada muy cerca del bar. Su víctima estaba caminando por la calle, grabando un mensaje de audio a través de WhatsApp que se vio interrumpido, sin poder enviarlo.

Según el tribunal de jurado Yolanda le propinó un fuerte golpe en la cara con un collar denominado «tibetano» formado por bolas de acero, que le destrozó varios dientes, y al mismo el hijo le dio dos puñaladas a la víctima, en el tórax y en el hombro izquierdo. Los agresores huyeron dejando a Óscar muerto tirado en la calle. Se deshicieron de la navaja que no ha podido ser hallada.

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"Me he arruinado la vida"

Esa misma madrugada la madre entregó a un amigo el collar tibetano manchado de la sangre de Óscar, diciéndole: «Iba a por mi hijo y yo le he metido. Antes está mi hijo». Su hijo Juan huyó a Mengabril (Badajoz), y después fue a casa de unos parientes en Miajadas, a los que les dijo: «Se me ha ido de las manos. Me he arruinado la vida».

La sentencia no es firme, contra la misma cabe recurso ante la Sala Civil y Penal del tribunal Superior de Justicia de Extremadura.

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