La San Silvestre cacereña se quedó al borde de los 7.000 participantes en su 24 edición

No se alcanzaron los 7.000 participantes pero desde la organización de la San Silvestre, una de las más importantes de Extremadura, el presidente de Hispanoamérica, Raimundo Medina, indicó ayer a HOY que pretenden superar esa cifra el próximo año, coincidiendo con su 25 aniversario. Finalmente no batió récords y fueron 6.850 los corredores que participaron en la última carrera del año, que este martes congregó en el Paseo de Cánovas a numeroso público durante la entrega de premios.

Como es habitual, muchos grupos de amigos afrontaron la prueba con divertidos disfraces, arrancando sonrisas a los cacereños que no se perdieron el recorrido después de las típicas cañas de Nochevieja.

La San Silvestre cacereña no es competitiva y los primeros en llegar a la meta fueron Mario Almeida y la adolescente de 13 años Elena Rosat, los dos corredores que obtuvieron trofeo. Almeida hizo el recorrido en nueve minutos y 28 segundos, mientras que Rosat pasó a los 11 minutos y 50 segundos. La salida se dispuso en la Plaza Mayor y la llegada en Cánovas. Al término de la carrera se sortearon 25 regalos entre los dorsales inscritos, como un viaje para dos personas a Portugal.

Medina se mostró satisfecho por el desarrollo de la cita pese a que no se cumplieron las previsiones iniciales. «Está muy bien y es una honra para una ciudad de menos de 100.000 habitantes», dijo, al tiempo que confesó que «en sus bodas de plata haremos algo para superar los 7.000».

Ante cierta polémica generada por el cierre de los baños de los bares, los organizadores barajan instalar aseos portátiles el próximo año porque la mayoría de hosteleros de la Plaza Mayor acordaron, según Medina, cerrar sus establecimientos a las 5 de la tarde, una hora antes de iniciarse la carrera. «Solo dos o tres permanecieron abiertos e intentaremos que el Ayuntamiento ponga unas letrinas para atender a la gente que viene a participar», apuntó el líder vecinal.