![«Yo no le maté. Me atacó con un cuchillo. Le empujé. Se cayó y salí corriendo»](https://s2.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2023/10/02/20231002131922__E7A8709-k1g-U210312269992hQC-1200x840@Hoy.jpg)
![«Yo no le maté. Me atacó con un cuchillo. Le empujé. Se cayó y salí corriendo»](https://s2.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2023/10/02/20231002131922__E7A8709-k1g-U210312269992hQC-1200x840@Hoy.jpg)
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Este lunes comenzó, en la Audiencia Provincial de Cáceres, el juicio con jurado por el crimen de Logrosán cometido la madrugada del 2 de noviembre de 2019, cuando fue encontrado muerto tirado en la calle el mecánico Óscar José G. G., de 32 años.
La ... vista oral se inició alrededor de las doce y media, con algo de retraso, ya que una mujer miembro del jurado se desmayó antes del juicio, teniendo que ser atendida por un médico forense.
La vista oral se inició con los nueve miembros titulares de jurado, y con solo un miembro suplente en vez de los dos que suelen estar. Llamó la atención que entre los 10 escogidos solo hay dos mujeres, la media de edad es de alrededor de 42 años.
Los acusados son María Yolanda G. G., de 41 años, y su hijo Juan J. G., de 22.
Los dos han estado en la cárcel por esta causa. Madre e hijo ingresaron en prisión después del crimen, pero la madre salió en libertad en abril de 2021 tras pagar una fianza de 6.000 euros, y después salió su hijo. La madre ha estado 14 meses en prisión preventiva, y el hijo 25 meses.
Este lunes se presentaron ante el tribunal que les juzga estando en libertad. Los dos indicaron que no tenían antecedentes penales, llegando a decir la madre: «Soy una ciudadana normal». Ella trabaja en la hostelería en Cáceres y el hijo está casado, tiene familia y trabaja en un comercio.
La imagen que dieron ante los miembros del jurado nada tiene que ver con el relato de los hechos, según cuentan la fiscal y la acusación particular: Juan regentaba el bar Capitol en Logrosán, en donde también estaba su madre a las tres y media de la madrugada del 2 de noviembre de 2019, cuando un amigo de Juan le llamó para decirle que se acababa de encontrar, cerca del bar, a Óscar José G. G., y que le contó que había llamado a la Guardia Civil para denunciar que en el bar Capitol se estaba vendiendo cocaína. Según el relato de las acusaciones, la madre y el hijo, puestos en común acuerdo, fueron a buscar a Óscar para acabar con su vida. Le encontraron a 40 metros del bar, estaba afectado por el consumo de alcohol, cocaína y cannabis. No se podía defender. La madre le sujetó por la espalda y el hijo le asestó dos puñaladas, con un arma que no ha sido encontrada. Se marcharon dejándole muerto en el suelo. Una cuchillada mortal la tenía en el tórax, la otra en el hombro izquierdo. La víctima anduvo solo unos metros para derrumbarse en el suelo en donde falleció a causa de un shock hemorrágico hipovolémico.
Las dos acusaciones aseguran que los procesados han cometido un asesinato con alevosía. El fiscal pide para cada uno de ellos 22 años de prisión y el acusador particular, el abogado Emilio Cortés, 25 años de cárcel, también para cada uno.
Además solicitan que indemnicen a los padres del fallecido con 240.000 euros, y a la hermana de la víctima con 50.000 euros.
Este lunes, en el inicio del juicio que se espera dure tres días, el abogado defensor señaló que sus clientes son inocentes, que no hay pruebas contra ellos, por lo que solicita su absolución.
El primero de los acusados en declarar fue el hijo, Juan J.G., que señaló que el fallecido, Óscar, se llevaba mal con él porque había sido la pareja de su suegra y ella le había echado de casa. Indicó que todo el mundo en el pueblo sabía quién era Óscar, y que le daba igual que él hubiera dicho a la Guardia Civil que vendía droga, porque aseguró que no era cierto.
Declaró que al cerrar de madrugada el bar y salir con su madre, Óscar le atacó en una calle oscura en la que no había nadie. «Estaba esperándome escondido. Salió con un cuchillo. Forcejeamos. Le empujé y se cayó al suelo. Él gritaba ‘¡Te tengo que matar!’, y yo salí corriendo. Yo no le maté».
La madre declaró después apoyando su versión. Dijo que Óscar atacó a su hijo y que ella solo medió para que terminara la discusión. Insistió en indicar que Óscar era una persona con problemas en el pueblo. Parece que esa es la táctica de la defensa: hacer ver que el fallecido pudo tener esa misma noche una discusión con otra persona que pudo acabar con su vida.
Madre e hijo solo respondieron a las preguntas que les hizo su abogado. Se negaron a contestar a las que les querían hacer la fiscal y Emilio Cortés.
A lo largo del juicio se verán pruebas que parece que sí les señalan como culpables. En el escrito de la acusación particular se asegura que dos semanas antes del crimen, el 20 de octubre de 2019, Juan J. G. entregó una bala a la madre y a la hermana de Óscar, indicándoles que iba a matar a Óscar a tiros. «Incidente –indica la acusación–, que fue denunciado ante la Guardia Civil y que, desgraciadamente, fue el anuncio de lo que luego sucedió».
También hay testigos que acusan a la madre y al hijo.
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