El merchandising de la patrona aterriza en la Plaza de Santa María de Cáceres

Rosarios, postales, imanes, pulseras, abanicos y otros recuerdos pueblan el mostrador de esta caseta, una experiencia iniciada este año y de la que se ocupan dos personas. Una de ellas es Ana Caso, que trabaja para la cofradía y que durante los fines de semana y festivos atiende el Santuario y la tienda. «Hay mucha gente que no puede subir al Santuario a comprar estos objetos, al estar cerrado se ha decidido instalarlo aquí«. Dice que la idea está funcionando, y que además de a los cacereños da servicio a personas de fuera de la ciudad que se hacen con recuerdos de la patrona y se los llevan a su lugar de residencia.

La horquilla de precios oscila desde los cincuenta céntimos de una postal con la imagen de la Virgen de la Montaña a los 18,50 que cuesta un rosario de nácar. Hay cordones y medallas de la cofradía, esculturas de la Virgen, llaveros, escapularios, colgantes, bolígrafos, lápices y flautas entre otras cosas, una selección de todo lo que puede encontrarse en la tienda del Santuario. «Lo que tiene más éxito son las decenas (un rosario pequeño), las medallitas y los llaveros». También las pulseras de tela con los colores de la patrona, que cuestan solo un euro. «La gente viene a por una y se lleva tres», señala Ana Caso.

Este sábado el entorno de la Concatedral mostraba el ir y venir permanente de devotos para visitar la imagen de la Virgen de la Montaña. La religiosidad, la devoción y también la tradición mueven a muchos a participar a diario de este ritual que cambia el ritmo de la ciudad con un flujo casi permanente entre el centro moderno y el histórico. Pilar Casasola se acerca «casi todos los días» a la Concatedral. «Tengo mucha devoción a la Virgen, como todo el mundo aquí, ya que la tenemos aquí los días que la tenemos hay que aprovechar para verla, estar un rato con ella, hablar con ella». Algo parecido hace Nicolás Fernández. «Veo la bajada, la subida, y vengo a la Concatedral cuando puedo».