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Pilar Bacas con su libro 'Miradas', en el que recoge la historia de sus antepasados. JORGE REY
«Hay que mirar a nuestros antepasados para darse cuenta de que la vida se repite»
Pilar Bacas

«Hay que mirar a nuestros antepasados para darse cuenta de que la vida se repite»

La autora cacereña reconstruye en el libro 'Miradas' la historia personal de sus ancestros, un paseo por 200 años de historia

Cristina Núñez

Cáceres

Lunes, 4 de marzo 2024, 07:44

Pilar Bacas Leal (Cáceres, 1950), llevaba mucho tiempo buscando información sobre sus antepasadas, pero todas las pesquisas le llevaban a sus ancestros varones, de ellas había que indagar más para, en ocasiones, hallar poco. Pero no se cansaba. Estos años de investigación los ha plasmado en una publicación que originariamente pensó llamar 'Galería de retratos'.

«Me jubilé hace 12 años, yo había escrito en un papel una serie de cosas que iba a hacer cuando me jubilara, ese papel lo perdí y lo recuperé en la pandemia. Una de ellas era escribir estas 'Galerías', que a partir de aquel momento se llamaría 'Miradas'», cuenta Bacas. Es un libro vital, y no es una metáfora. «Este libro me ha salvado la vida, porque cuando empecé a escribirlo me dijeron que tenía una enfermedad grave, que luego resulta que he sobrevivido a ella, lo escribí con el móvil en el hospital, grababa notas de voz y me lo mandaba al correo electrónico, solo tenía fuerzas para sostener el móvil», cuenta esta licenciada en Física que se ha dedicado siempre a la docencia y que es una profunda conocedora de la ciudad. En 2020 publicó 'Patio en sombra', un libro sobre la posguerra con trama familiar.

«Es un libro que me ha salvado la vida, empecé a escribirlo en el hospital cuando solo tenía fuerzas para sostener el móvil»

«Somos lo que fuimos y lo que fuimos somos, la vida se repite», indica para dar cuenta de la importancia de mirar atrás, de fijarse en los antepasados. «Abarco desde mediados del siglo XVIII hasta mediados del siglo XX, son 200 años de antepasados que en su mayor parte no he conocido, pero cuando hablo de ellos siempre hablo del contexto histórico, social y político en el que se desenvolvieron y además le doy un tono sencillo y divulgativo, o sea que no pretendo hacer un tocho, sino todo lo contrario, son 50 capítulos que pueden leerse incluso separadamente». La clave de su amenidad reside en ilustrar personajes curiosos, que resultan interesantes más allá de si son o no sus familiares.

En la búsqueda de su árbol genealógico se ha encontró, por ejemplo, el acuñador de la fiesta del árbol de Villanueva de la Sierra. «Esa fiesta la instauró un hermano de mi tatarabuelo, Ramón Bacas, y se sigue celebrando desde 1805».

Hay en su galería un ingeniero naval (su abuelo Darío Bacas) que hizo muchas patentes de inventos y hace especial hincapié en las maestras de la familia. «Eran muy especiales, muy combativas, muy reivindicativas, tenían un sueldo más bajo, un horario peor, tenían su escuela en la propia cocina...», describe la autora, que recrea con finura literaria a todos sus antepasados de forma que crea en cada uno de sus retratos una deliciosa historia llena de detalles. La mayoría de los antepasados de Pilar Bacas son de Extremadura, aunque algunos emigraron, como el farmacéutico Joaquín Castel (Chía, Huesca) o un bisabuelo nacido en Ciudad Real, Demetrio García y que vino a Cáceres de jefe de Telégrafos. «Inventó un sistema para que los telegrafistas trabajaran más eficazmente, ponían clavijas de colores».

Curiosidades

El libro está dividido en cinco partes, una por cada uno de los abuelos y una quinta parte en la que Bacas recrea el Cáceres de su infancia, entre los años 50 y primeros de los 60. «Ahí retrato a gente no ya de mi familia pero sí de mi entorno, personas que aportaron algo curioso o significativo, una parte de gente de nuestra edad». Impacta la vida de Antonio Canales, «que fue fusilado en el 37», aporta. «También la de Helénides de Salamina, un maestro que vestía al estilo grecolatino en el Casar o un asunto de estraperlo que se vio involucrado un primo mío».

No de todas las personas que incluye Pilar Bacas en su libro tiene datos. «Dedico un capítulo a mi abuela Pilar y otro a mi bisabuela (Ángela), de la que no sé nada, pero a través de una foto y pequeños detalles como un diploma escolar he construido una historia, es un homenaje que he intentado hacer». Su objetivo no es lucir antepasados sino recoger «la vida que late en esas 50 miradas».

Bacas se ha sumergido en numerosas fuentes para elaborar este libro. Barcelona, Bilbao, Cartagena, el archivo naval de Guijo del Marqués en Ciudad Real, al archivo histórico de Madrid, al archivo de la Armada de Madrid, el militar de Segovia, el Archivo de Indias, Barbastro y otras localidades ha recorrido Bacas en busca de las huellas de sus antepasados. «Cada uno de los viajes ha sido una aventura». Cuenta la emoción de «tocar los legajos, los planos inmensos», de los prototipos de su abuelo. Una forma de oler el pasado.

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