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M. M. N.
CÁCERES.
Viernes, 19 de abril 2019, 09:10
Destino Mérida. La despedida de Elena Nevado de la política municipal tras su relevo como número 1 del PP mira hacia la Asamblea de Extremadura y el presidente del PP en la región, José Antonio Monago, no se esforzó lo más mínimo en disimularlo.
Lo demostró cuando, en lo que Pablo Casado definió como un «encuentro con paisanos», se escucharon aplausos para la alcaldesa y algunos gritos que pedían que no se vaya. «No os va a dejar», respondió Monago. Y continuó: «Va a seguir en el PP. Va estar muy cerca de mí trabajando para Extremadura». También destacó que ayudará a Mateos «para que Cáceres siga siendo del PP». Diputada regional o incluso consejera, si hay Gobierno popular son dos opciones.
Las palabras del máximo dirigente de los populares en Extremadura rubrican ese viaje hacia el parlamentarismo regional como destino o refugio político. Era el último que le quedaba por hacer a Nevado, que ha sido hasta ahora concejala, alcaldesa y senadora y que incluso ha compatibilizado ambas responsabilidades. Sin embargo, nadie la veía como socia de Ciudadanos en un próximo gobierno local.
Hasta el propio Pablo Casado hizo alusión a ello: «Es una gran alcaldesa de Cáceres. Demuestra ser tremendamente generosa con esta ciudad y este partido, al contrario que otros partidos que anteponen los intereses partidistas a la decisión que tomen los cacereños el próximo 26 de mayo». La apuesta, según Casado, será Rafael Mateos y «un partido unido, querido Lau», reseñó en alusión al presidente provincial Laureano León, que ha permanecido callado durante toda la crisis del partido en Cáceres. Según Casado, Mateos le deja Nevado el «pabellón muy alto para revalidar el Gobierno municipal». En 2011 tuvo mayoría absoluta con 16 ediles; en 2015, mayoría simple con 11.
La última vez que el presidente del PP vino a Cáceres, en marzo, se encontró con la noticia de que otra Nevado, su hermana Magdalena, lideraría la candidatura de Vox al Congreso. Ayer fue portada el cambio de candidato. Casado mostró «máximo respeto por la decisión de la dirección provincial», frase que le desmarcaba a él mismo del relevo. Hay que recordar que Elena Nevado apoyó en los procesos internos a Soraya Sáenz de Santamaría.
Se intenta pasar así página a la crisis vivida con esa apariencia de que no ha pasado nada grave. O incluso que no ha pasado nada. Como si cambiar de candidato a solo tres días de cerrarse el plazo fuera lo más normal en el partido más votado de la ciudad. «Los cacereños no nos van a dar la espalda», vaticinó José Antonio Monago. Ese mensaje oficial también caló entre alcaldes y altos cargos presenten. Muchos de ellos transmitían una imagen de alivio, de haber hecho lo que se debió hacer hace tiempo.
Entre las personas más próximas a Nevado se lanzaba un mensaje de reconocimiento. Se ha dejado la vida en estos años y ha renunciado a momentos muy importantes a nivel personal con su familia, dicen. El fallecimiento de su padre, por ejemplo, el conocido empresario Rosendo Nevado, se produjo a miles de kilómetros de Cáceres, en un acto en representación del Ayuntamiento en Francia.
«Elena es una ganadora», repetía Monago ayer. Pero esa condición no estaba tan clara para el mes de mayo, amenazaba con dividir al partido y sobre todo presagiaba un resultado electoral más que dudoso.
Hasta en la oposición se considera que la salida de Nevado es una mala noticia. En su familia, que ayer hizo piña con ella, celebran poder tenerla más tiempo con ellos y que se reconozca su labor pese a una salida tan traumática.
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