¿Qué ha pasado hoy, 22 de febrero, en Extremadura?
Los nuevos alumnos preparan sus camas en el dormitorio asignado. ARMANDO MÉNDEZ

Menos mujeres en la escuela militar de Cáceres y un nuevo alumno ruso-ucraniano

Jóvenes de toda España iniciaron ayer su formación militar, que se prolonga hasta octubre

Cristina Núñez

Cáceres

Martes, 24 de mayo 2022, 07:30

Un mar de maletas y macutos llenaba en la mañana de ayer el patio del Cefot número 1, donde arrancaba la vida militar para un ... total de 776 alumnos que han elegido el Ejército como futuro profesional. Tras la despedida de sus familiares bajo el arco que separa la vida civil de la militar (donde reza el icónico lema de 'Todo por la patria') el silencio y los nervios se adueñaban de un espacio lleno de mascarillas y gorras de camuflaje. El virus aún persistente y el calor son dos obstáculos con los que tendrán que lidiar los alumnos en este periodo, que termina el 21 de octubre, momento a partir del cual pasarán a sus unidades de destino.

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Se trata de un curso en el que ha bajado el número de alumnas respecto al anterior. Solo hay 56, lo que supone un 7% del total. Según explica el capitán José Sánchez Royo lo habitual es que ronde el 10%, aunque es una cifra que varía.

Entre esas 56 chicas estaba Ana María Salinas, de la localidad cordobesa de Montoro. «Somos poquitas pero habrá que hacer piña y llevarlo lo mejor posible», explicaba esta joven, que hoy martes cumple 23 años. «He optado por el Ejército porque es un camino para la Guardia Civil, que es un sueño y quiero cumplirlo».

Llegada ayer de los nuevos alumnos al Centro de Formación de Tropas número 1 de Cáceres. armando méndez

Estos aspirantes, con una media de edad de 22 años, llegan de toda España. Hay casos curiosos como el de Vladimir Yartsen Burdyn, procedente de Málaga aunque es hijo de madre ucraniana y padre ruso. Es inevitable hablar sobre la cercana guerra. Teniendo en cuenta lo que está pasando Vladimir dice «entender más el papel del Ejército, quien tenga miedo a entrar porque hay una guerra no se mete en el sitio adecuado porque hay que tener en cuenta que en cualquier momento te pueden llamar para irte a cualquier lado, hay que estar mentalizado desde el primer momento», señala con la ropa de cama entre las manos, esperando que le muestren su habitación.

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«Ahora somos poquitas mujeres pero tenemos que hacer piña y llevarlo lo mejor posible»

ANA MARÍA SALINAS

Más allá de lo formativo Vladimir está ilusionado por todo lo que empieza. «Espero conocer a gente, hacer buenos amigos y compañeros y seguir una carrera militar», explica este joven de 18 años, que cuenta con el Bachillerato. El 80% de los futuros soldados han accedido con una titulación académica de Bachillerato o superior. Tras su periodo en Cáceres él se enrolará en el regimiento de Infantería número 63 de Barcelona.

Los futuros soldados jurarán bandera en la ciudad el próximo 29 de julio

También hay alumnos de Cáceres, como José Antonio Reguero. El destino elegido, Castilla 16, infantería mecanizada, está en Badajoz. «Era importante quedarme en mi tierra, en Cáceres está muy familia y mi pareja en Badajoz», cuenta haciendo fila, rodeado de otros extremeños.

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El recibimiento consistía ayer en la composición de los distintos grupos y la asignación a pelotones estables y la explicación de cómo se desarrollará la vida en este espacio. Lo primero, dar los datos en la entrada y entregar el test covid negativo. Entre otros asuntos también tienen que comunicar si tienen alguna intolerancia o alergia alimentaria. Después, tras recibir la ropa de cama, acuden a conocer el espacio en el que van a dormir, módulos que cuentan con unas 150 plazas cada uno. Las mujeres están en una zona aparte.

Peluquería

El paso por la peluquería también es otro de los puntos inevitables del protocolo. De eso se ocupa Emi Parrón, que deja las cabezas lisas en aproximadamente seis minutos, que es lo que tarda en pelar al uno las espesas cabelleras de algunos de los reclutas. Uno de ellos es Víctor López, de Béjar, que traía una melena considerable. Emi tenía previsto que pasaran ayer por sus manos aproximadamente unos cien alumnos. Las mujeres pueden llevar el pelo largo, pero recogido.

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Los soldados pasan por las manos de Emi, la peluquera del Cefot, que les deja el cabello al uno. ARMANDO MÉNDEZ

«El centro sin alumnos no tiene sentido, estamos contentos de volver a la actividad, volver al trabajo y volver a esa misión que nosotros creemos y sentimos muy importante», apuntaba el coronel Juan Manuel Martel ayer.

El calor que se avecina no les achanta. «Siempre recibimos un ciclo en verano y otro en invierno y los protocolos los tenemos muy adaptados para que no sea un problema y minimizar el impacto de las temperatura». Sobre el virus indicaba que todos los protocolos se han acomodado a la situación actual pero que «no se han bajado los brazos del todo», porque la covid sigue. Todos estos alumnos jurarán bandera el próximo 29 de julio, un momento culminante a partir del cual ya pueden considerar que son parte del Ejército de Tierra.

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