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El antiguo convento de los Jesuitas de la Plaza de San Jorge suma un nuevo uso. Fue la primera sede del instituto El Brocense. Ha sido centro cultural. Y desde ayer, además de acoger las aulas de la Escuela Superior de Arte Dramático (ESAD), funciona también como sede del Nuevo Conservatorio Profesional de Danza, el primero de estas características que la Junta de Extremadura abre en toda la región.
30 alumnos estudiarán a partir de hoy en sus aulas. Ayer, día oficial para el inicio de las clases, tuvo lugar la primera toma de contacto entre padres y profesores. A las cinco de la tarde arrancó una visita guiada por el interior del edificio en la que Montse Franco, directora del Conservatorio, mostró las instalaciones y presentó a la plantilla docente, formada por cuatro profesores. Durante este curso se impartirán los dos primeros niveles de estas enseñanzas, en la modalidad de danza clásica. Los cuatro restantes -son seis curso en total- se implantarán en años consecutivos de manera progresiva.
Los padres de alumnos no podían ocultar ayer su cara de satisfacción al ver cumplida una reivindicación por la que han luchado durante años. Es el caso de Beatriz Montalbán. Su hija, Marina, de 12 años, quiere dedicarse profesionalmente a la danza. «Es una aventura y un honor que seamos las primeras en estrenar este Conservatorio. Estamos muy contentas por el espacio, por el grupo y por la oportunidad que tienen. Si los padres no hubiéramos batallado, esto no hubiera salido adelante», comentaba Beatriz durante la visita.
Beatriz Montalbán Madre de Marina (12 años)
Ángel Luis Melchor Padre de Miguel (11 años)
Nuria Domínguez Madre de Nuria y Paula (13 y 14 años)
La mayoría de los alumnos del Conservatorio Profesional proceden del Conservatorio Elemental que la Diputación tiene en el Complejo San Francisco. Y, hasta ahora, carecían de un centro de un nivel superior para poder continuar su formación artística. Los más cercanos estaban en Madrid o Sevilla. Debido a la distancia y a la corta edad de los alumnos (12 años de media), la mayoría abandonaba las clases de danza al acabar el ciclo elemental.
Este ha sido el principal argumento esgrimido por los padres para reivindicar una dotación que ya es una realidad. De ello da buena fe Nuria Domínguez, miembro de la asociación de madres y padres de alumnos (Ampa) del Conservatorio Elemental. «Estamos muy contentos. Es un logro importante para las niñas, para la ciudad y para todo el que quiera bailar. Antes no teníamos esta opción y las niñas están encantadas», resumía desde el vestíbulo, momentos antes de iniciar el recorrido por la biblioteca, el aula de música y el aula de danza. «Costaba mucho dar el paso de mandar a tu hijo fuera a estudiar un grado profesional», añadía Nuria.
Los datos hablan por sí solos y confirman la demanda existente. 71 aspirantes se presentaron a las pruebas de selección para optar a una de las 30 plazas. Miguel Melchor, de 11 años, es el único chico del Conservatorio. «Bailar es lo único que le gusta. Ya estamos acostumbrados a que sea al único», admitía su padre, Angel Luis Melchor.
El plan de la Junta a medio plazo es reunir en los terrenos del IES Universidad Laboral el Conservatorio de Danza y el de Música.
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