Secciones
Servicios
Destacamos
San Marquino no quiere mirador. Al menos no como estaba previsto. En el flanco de la calle Venus, invadiendo la intimidad de las viviendas y con una gran estructura metálica «de hierro 'oxidado' de dudoso gusto estético». Así lo expresaban los vecinos en el escrito que registraron en el Ayuntamiento y con el que dejaban clara su oposición a una iniciativa que cuando se conoció tenía buena pinta. Una moderna azotea con vistas a la fachada oriental de la ciudad, con la muralla almohade de fondo y que tomaba el Albaicín de Granada como modelo.
El Ayuntamiento coordinó la intervención a finales de 2022 a través del Consorcio Cáceres Ciudad Histórica y calculó en 72.000 euros el coste de su construcción y la mejora de los accesos y la iluminación. El siguiente paso fue redactar el proyecto.
Se lo encargó a una consultora de arquitectura, Aceidé Servicios Técnicos SLP. Al frente estaba la arquitecta Irene Calle, que también ha diseñado el popular mirador de Cabezabellosa. El Consistorio pagó 4.840 euros. Más de un año después, el silencio. Nada se ha vuelto a saber. Aunque para entender esa paralización de esta propuesta que iba a relanzar San Marquino como enclave turístico solo hay que darse un paseo por el barrio y hablar con los vecinos. «La gente no lo quiere. Si hace eso va a ser un jaleo. Nos quitarían la paz en San Marquino. Esta es una zona tranquila y la van a llenar de turistas», se queja Clara Rodríguez. Es la presidenta de la asociación vecinal, pero la voz contra el mirador también la pone Antonio Rico. «Es un despropósito hacer eso. Salaya se comprometió tras hablar con él a que no se construiría. Estuvimos recogiendo firmas y las entregamos. Eso es una mole de metal que va delante de las casas. El sitio elegido no es el mejor, teniendo en cuenta que hay un descampado totalmente abandonado que no se valoró como opción», sugiere.
Clara Rodríguez dice que ese mirador sería «un armatoste» que acabaría como centro de celebración de botellones, lo que ya ocurre con los otros miradores, en estado de abandono. «¿Va a haber vigilancia? Porque aquí la Policía viene poco», se pregunta. «Querían hacer dos plataformas y un acceso para discapacitados y el resumen es que tendríamos esto lleno de japoneses a las ocho de la mañana haciendo fotos», reseña Rico, que forma parte del colectivo que cuestiona esa inversión.
Aseguran los afectados que ya han mantenido alguna conversación con miembros del equipo de Gobierno y que el compromiso es que no se hará. Ya en el pleno de mayo la polémica se coló en el pleno municipal. Fue entonces cuando algunas vecinas le pidieron audiencia al alcalde, entonces Salaya, que las tranquilizó. Hasta ahí, el mensaje que había transmitido el Consistorio era que el mirador sería una realidad «en los próximos meses», con la vista «mejor y más completa» de la fachada oriental y el lienzo. Lo decían los responsables políticos y lo corroboraba el director del Consorcio, Javier Sellers, autor del anteproyecto que sirvió de base a la contratación de la redacción final del documento.
«Yo cumplí con mi trabajo. Lo hice con mucha ilusión. En el Consorcio gustó. Redacté el proyecto y lo entregamos, pero no he vuelto a saber nada», revela Irene Calle, la arquitecta que ganó el concurso adjudicado en noviembre de 2022 por esos casi 5.000 euros.
El plazo fijado era de un mes, aunque en principio la labor de esta profesional, autora de otros proyectos de éxito similares, no terminaba ahí.
Irene Calle
Arquitecta
A continuación vendría la obra, con una previsión presupuestaria de 72.000 euros. Además, del sistema de terrazas para el mirador y los accesos se incluía una cafetería. Calle aclara que la dirección de obra también sería responsabilidad suya.
Sin embargo, en estos momentos ese escenario no está demasiado claro. La oposición de los residentes se concreta en el escrito que presentaron. Hablan de un proyecto «nada respetuoso con el entorno», que multiplicaría las «molestias» para el barrio y que sería además invasivo para los residentes de la calle Venus, al situarse «delante de las puertas de sus casas».
Defienden que la experiencia anterior pone en duda el éxito de inversiones como esta. Aluden a la situación de dejadez que en otras ocasiones han denunciado en miradores de Fuente Rocha o 'el banco más bonito de Cáceres'. De hecho, sostienen que antes de hacer otro mirador sería recomendable adecentar los que ya existen.
La postura municipal es que el proyecto sigue. Oficialmente no se ha descartado, pero el equipo de Gobierno aclara: «Antes de hacer nada nos reuniremos con los vecinos y les preguntaremos», subraya el Ayuntamiento. Por ahora, el mirador está parado, en jaque por la negativa vecinal. El trabajo de Irene Calle puede quedar en un cajón. En el anexo de inversiones de 2024 no aparece ninguna partida para empezar la obra.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Jon Garay y Gonzalo de las Heras
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.