Aunque no tiene la distancia que este grupo de experimentados corredores se marca en sus salidas semanales por la ciudad, el parque del Príncipe es uno de los lugares en el que entrenan los miembros del club CrazyRunner Cáceres. Quedan los martes y jueves a las 20.30 horas, cuando la mayoría de estos profesionales y aficionados al 'running' han terminado sus jornadas laborales.
Los 'crazyrunners' han cumplido una década desde que impulsara la creación del club (que en su origen fue un grupo de amigos aficionados al atletismo) David Pozas, dedicado actualmente a la gestión de eventos deportivos con su propia empresa.
El club lo preside Pedro José Sánchez, quien recuerda que pese a que en Cáceres había varios clubes de atletismo, «cada uno programaba sus carreras, pero fuera de ahí la gente apenas quedaba para hacer deporte y correr». «Hoy más que corredores, nosotros somos todos amigos».
Miguel Ángel Lázaro es uno de los veteranos que no falta a los entrenamientos, «llueva, truene o haga frío», afirma. «Intentamos venir los máximos socios posible y si no lo son, igualmente les vamos a aceptar, porque aunque es un club puede venir quien quiera, sin límite de edad». Lázaro recomienda para introducirse en el atletismo, empezar caminando y trotando «con un entrenamiento de cuatro o cinco meses, según el ritmo que tengas», antes de empezar a correr.
«Aquí nadie se queda atrás –tranquiliza–, siempre hay un corredor escoba que es el que recoge al que se queda atrasado».
Además de atletismo, en el club practican natación y ciclismo, y están federados en la Federación Extremeña de Escalada y Montaña. «Desde que empecé en el club hemos hecho muchas carreras populares y en la región hay mucha aceptación», destaca Lázaro.
Raúl Gómez (izqda.) y Miguel Ángel Lázaro, durante la carrera.
J. REY
Jacinto Osma es otro de los corredores y considera que el Príncipe «viene muy bien para los entrenamientos por las subidas y la orografía cambiante que tiene». «Igual se nos queda un poco corto en cuanto a la distancia –observa–, porque en nuestras salidas hacemos a veces en torno a una hora corriendo, que son unos diez kilómetros y para hacerlos aquí hay que dar muchas vueltas, pero está bien para hacer cambios de ritmos».
Los deportistas también valoran que entrenan en un espacio natural al aire libre. «Corres casi como en el campo dentro de tu ciudad y es agradable. Además, la ampliación está también bien, tiene muchos cambios de subida y direcciones, y es atractivo».
Uno de los últimos en incorporarse al grupo es Raúl Gómez. Decidió convertirse en 'crazyrunner' hace un año y medio. Y asegura que no se arrepiente.
«La mejor decisión»
«Yo ya corría solo por la ciudad; un día me animé con ellos y ha sido la mejor decisión que he tomado en mucho tiempo, porque correr juntos no solo es el entrenamiento, sino la relación que mantenemos después, y eso me ha encantado», manifiesta este auxiliar administrativo del Servicio Extremeño de Salud. «Creo que el Príncipe está bastante bien para poder hacer 'running' aquí porque con la zona que han ampliado se pueden hacer más kilómetros», opina.
Coincide con él Carlos Herrero, otro de los asistentes a la cita. «Todo lo nuevo que han hecho en el recinto es muy completo. Y lo es para todos, jóvenes, mayores e incluso para los perritos, con el nuevo circuito de arriba..., pienso que la ampliación le ha dado una nueva vida al parque», termina el corredor mientras el grupo se despide antes del calentamiento para iniciar la carrera.
Luis Miguel Fajardo.
JORGE REY
«Doblé al actor Pedro Casablanc en el rodaje de 'Invisibles'»
La experiencia más singular del grupo de corredores en el Príncipe la vivió durante el rodaje de la película 'Invisibles' de Gracia Querejeta, el 'crazyrunner' Luis Miguel Fajardo. «Estuve doblando a Pedro Casablanc, uno de los actores principales junto con Emma Suárez, Adriana Ozores y Natali Pozas», desvela el corredor. «Mi papel fueron tres días de trabajo cubriendo las escenas de largo, donde no se quieren permitir pagar el caché elevado que suele tener un actor principal y lo delegan en actores secundarios», explica. «En esta puerta que accede al parque –detalla– tenían unas escenas las tres actrices y yo pasaba engalanado en traje chaqueta con un maletín, porque el papel de Casablanc en la película era el de un ejecutivo al que habían despedido».
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