Caras de cansancio, horas sin sueño acumuladas, pero satisfacción. Seguramente la de la sensación del deber cumplido. Los 10 policías locales que formaron el segundo contingente enviado desde Cáceres a Valencia por este cuerpo municipal regresaron este sábado a la capital cacereña. Fueron recibidos ... poco antes de las tres de la tarde por algunos familiares emocionados y el concejal de Seguridad, Pedro Muriel. Eran ocho agentes y dos oficiales.
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El grupo se desplazó a Valencia el pasado 10 de noviembre tras dar el relevo a los 12 compañeros que habían ido antes a la zona cero del desastre que provocó la DANA. Si en las primeras explicaciones de su labor allí admitían haber hecho de todo, desde la retirada de material y lodo que dificultaba las comunicaciones hasta acercar remesas de comida a las familias afectadas, ahora la situación ha cambiado. Los policías cacereños han hecho esencialmente su propia labor, relacionada con la seguridad y las patrullas a pie de calle. Han trabajado cada día de forma ininterrumpida, desde las seis de la tarde hasta las seis de la mañana. Cáceres prepara el tercer envío de agentes, aunque no hay fecha fijada para ello y hay que concretar los detalles.
El edil de Seguridad reveló ayer que había mantenido conversaciones con la titular de área de Paiporta sobre ello. «Hablé con ella por correo electrónico. Nos han agradecido que desde el primer momento pudiéramos enviar efectivos. La recuperación va a ser larga y dura en la ciudad y necesitan activos y efectivos. Nos han pedido que mantengamos este contacto», destaca Muriel. También están en conversaciones las jefaturas de ambas policías locales, recalcó. Los agentes, recuerda Muriel, deben prestar servicio «desde las limitaciones que tiene el cuerpo de la Policía Local de aquella localidad» debido a la DANA, que ha afectado a sus propias instalaciones. De hecho, los agentes cacereños se han traído alguno de los emblemas de la Policía valenciana como recuerdo, de entre los pocos que se pudieron salvar del barro.
Agustín Cortés
Agente
En proyecto hay un tercer contingente para Paiporta. Un grupo de voluntarios está listo. Pero esta vez los policías de Cáceres no irían solos sino junto a compañeros de Plasencia. «Va a haber un tercer turno. Estamos trabajando y planteándolo», adelanta el edil. Sobre ello, detalla: «Tenemos ya un número de personas ya preparadas y también estamos en coordinación con otras policías locales, en este caso de Plasencia, para que, a través de la Junta de Extremadura, a través de la Consejería de Interior, podamos conformar ya equipos que probablemente tengan que ser multimunicipales, que a lo mejor podamos intervenir con Plasencia y Cáceres», concreta.
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Muriel cree que los agentes de Cáceres que han pasado estos días en Paiporta en una zona destruida por la DANA merecen un reconocimiento.
Uno de los que se ha desplazado a Valencia en esta dotación ha sido Agustín Cortés. Menciona que su labor principal ha sido mantener la seguridad ante los numerosos actos de pillaje que se producían. «Había muchísimos robos porque los negocios tenían todas las puertas rotas, se podía entrar en las casas, sobre todo las plantas bajas», explica.
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«Los compañeros de Paiporta necesitaban acompañamiento en esas labores policiales, porque humanitaria ya había muchísima ayuda. Han estado muy agradecidos porque tenían muchísimas carencias, sobre todo por la noche», concluye.
Como ejemplo del trabajo de los agentes, está la detención que protagonizaron en el polígono industrial. «Eran dos personas que iban con un alijo de muchísimas bebidas, valoradas en 4.000 ó 5.000 euros. Se les intervinieron y pudimos recuperar la mercancía robada», incide.
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Cortés admite que hoy la sensación es «un poco mejor» que cuando llegaron a Valencia. «Era un escenario totalmente de guerra. Teníamos que esquivar coches, el barro, muchísima suciedad por las calles, y a la vuelta, bueno, ya estaba todo un poco mejor, aún con calles inaccesibles. Lo que hemos visto es un ambiente que era desolador, no había nada, no ha quedado ni una sola calle libre de barro y de agua».
Los tres todoterrenos procedentes de Valencia están aparcados en la sede policial de Cáceres. Dos han sido cedidos por una empresa de alquiler. Tienen las ruedas llenas de barro. Alguna no aguantó el viaje de vuelta por el desgaste. Hubo que cambiarla en pleno viaje y en el taller de Cuenca en el que les hicieron la reparación no quisieron cobrar por ello a los agentes.
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También hay barro en las botas de los policías. El suyo no ha sido un servicio rutinario. «Por mucho que veamos vídeos en la televisión no te puedes imaginar. Era una ciudad entera, un tercio de la población de Cáceres, totalmente destruida», se despide Agustín entre abrazos.
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