La Semana Santa de Cáceres ya tiene a su nuevo Jesucristo

De esta manera, la asociación que promueve el espectáculo ha dado por iniciados los preparativos de la edición de 2024, la quinta desde su puesta en marcha –se suspendieron las de 2020 y 2021 por la pandemia–, que tendrá lugar el 21 de marzo, el jueves previo al Domingo de Ramos, con la parte antigua como protagonista.

Máximo Leal participó en la primera edición, la de 2018, como figurante en su condición de alumno de la ESAD. Y ahora, seis años más tarde, regresa a la escena para ser el centro de todos los focos. De momento, y a la espera de que se inicien los primeros ensayos, ya ha comenzado a dejarse crecer el pelo y la barba.

La Pasión Viviente cambia cada año de actor protagonista. Hasta ahora, se han metido en la piel del personaje Víctor Teomiro (2023), Santi Senso (2022), Chus Pablos (2019) y Jaime Costas (2019). La dirección recaerá por segundo año consecutivo en solitario sobre el dramaturgo venezonalo Marcos Yépez, con quien Máximo Leal ha trabajado ya previamente.

Estudió el ciclo de Fotografía en el IES El Brocense, más tarde cursó Bachillerato en Artes Escénicas en el IES Al-Qázeres y, a continuación, continuó sus estudios en la ESAD. Ha trabajado para compañías extremeñas como La diosa cómica o Atakama. Y ha participado en los festivales de teatro clásico de Mérida, Cáceres y Alcántara. En 2022 estrenó en La nave del duende 'Mi muerte enamorada', un proyecto escrito, dirigido e interpretado por él mismo.

«Jesucristo es, quizás, el personaje histórico más conocido de todo el mundo», comenta el actor ante el reto que acaba de asumir. «Va a ser duro porque hay que meterse en un cuerpo herido, muy torturado, y eso requiere mucho entrenamiento», apunta Máximo, consciente de que su trabajo será seguido por miles de ojos.

El actor ha tomado como referentes en los que inspirarse la película 'La pasión de Cristo', dirigida por Mel Gibson, y el musical Jesucristo Superstar, protagonizado por Camilo Sesto, del que se confiesa «muy fan».

«Voy a representar a un Jesucristo en sus últimos momentos, dolorido, que sufre pero que, al final, siempre resurge». En su opinión, la mayor dificultad de este reto es la carga física que soporta el personaje, que tiene que recorrer las calles y plazas de la Ciudad Monumental con la cruz a cuestas. «Emocionalmente es muy duro meterte en esa verdad y en ese dolor», admite el actor residente en Cáceres.