Peneque cumple 65 años, pero sigue cautivando a los pequeños en Cáceres

Este sábado desde una hora antes del comienzo del espectáculo, previsto para las 12.30 horas, ya había padres, madres y abuelos ocupando sitio junto a sus hijos y nietos a la espera de su inicio. La aventura arrancó a finales de los años 50, cuando Miguel Pino, natural de Villanueva de la Serena, ideó un títere que paseó luego por España, con coche y maleta. Falleció en 2010, pero hoy siguen su estela sus dos hijos. Antonio y Miguel. El segundo dirigía la función en Ceuta este fin de semana. Antonio estaba a los mandos en el bulevar de Cánovas junto a Isabel Hurtado, su mujer. Es la actriz principal, y se pone en el personaje de Tina Madrina, mientras Antonio maneja las marionetas.

Cuando aparece la primera de ellas sobre el escenario y se pregunta con voz entre gangosa y animada, «¿dónde está mi bocadillo?», los niños abren los ojos como platos y se alargan sus caras de sorpresa. El bocata de aceitunas y mortadela por fin aparece y las exclamaciones en un auditorio infantil emocionado se suceden.

Es del triunfo de la marioneta de toda la vida, la función en la calle, el tú a tú. Allí no hay móviles ni pantallas iluminadas y eso para Antonio es un triunfo.

«Han venido varias personas mayores a vernos justo antes de empezar y nos han recordado a mi padre. Nos dicen que han visto a Peneque desde que eran pequeños aquí en Cáceres. Eso quiere decir que el mito sigue vigente», explica Antonio Pino mientras señala la escultura que homenajea al personaje en Cánovas. El éxito es que «en plena era de la tecnología el títere de guante está muy vivo».

Algo tan simple como una marioneta, reconoce este artista, embelesa y deja hipnotizados a los niños. Es el triunfo del teatro de las ilusiones, justo cuando Peneque, todo un chaval, cumple los 65. «No se jubila. Va a estar siempre en la memoria», se despide Pino.