Es un pequeño pueblo en el centro de la ciudad con 115 viviendas y cerca de 400 vecinos. La plaza de los Maestros, el apelativo popular con el que se conoce al número 22 de la avenida de España, sufre desde hace años un ... goteo de actos incívicos que enrarecen el ambiente de esta zona residencial, privada pero con servidumbre de paso, junto a la Cruz de los Caídos.
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Jóvenes que se reúnen con comida rápida y dejan tirada la basura, personas que fuman porros o grupos que ponen música, cantan y hablan en voz alta por la noche enfrentándose a los vecinos. El trazado de la plaza, con escaleras que permiten sentarse, numerosos recodos y muchas zonas ocultas hace que el lugar sea un imán para determinadas actividades.
Aunque es una situación antigua el cierre masivo de locales comerciales ha incrementado la sensación de inseguridad y el vandalismo, con pintadas, carteles y pegatinas en los locales que llevan más tiempo cerrados. «No me gusta que mi hija pequeña salga sola en determinados momentos», comenta uno de los residentes, que percibe que en los últimos tiempos el ambiente se ha enrarecido especialmente, y que se debe, justifica él, a la falta de actividad comercial y de hostelería.
Este mismo vecino contempló el pasado sábado hacia las doce de la noche cómo un grupo de jóvenes que estaban sentadas en las escaleras de la fuente central se enzarzaban con residentes que les afeaban su conducta y las molestias. Cuatro agentes de la Policía Nacional se acercaron para intentar corregir su comportamiento, sin que la cosa fuera a mayores. Algunos habitantes de la Plaza de los Maestros señalan que en los últimos tiempos se percibe la presencia de personas que viven en el área de salud mental de la residencia Ciudad Jardín merodeando por la Plaza. «No han causado grandes problemas, pero pasan muchos ratos por aquí», apunta una vecina. Algunos de ellos tienen adicciones.
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En los últimos dos años han cerrado sus puertas cuatro comercios en esta plaza, que une la peatonal Gómez Becerra y la avenida de España. En 2022 cerró el bar Mario & Marieta, el año pasado lo hizo la frutería de Jesús Bardón por jubilación. Recientemente ha dejado de funcionar en esta plaza una consulta de nutrición. El último local que ha cerrado ha sido la cafetería Las Meninas, que tenía mucho trasiego. Estos cierres se concentran en la parte de la plaza más cercana a Gómez Becerra.
Sigue en marcha la peluquería Pasarela, la de Sara Márquez, un gabinete de nutrición y quiromasaje, el espacio de cómics Generación X , una tienda de productos dietéticos, un salón de uñas y dos bares: el Nuevo Mesón y Oliver, que tiene puesto el cartel de 'se traspasa' por jubilación. «Siempre es mejor que haya locales funcionando, le da vida a los sitios», indica una vecina, que señala que Mario & Marieta era un local que hacía que la plaza tuviera «buen ambiente». También echa de menos la cafetería Las Meninas.
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Uno de los clásicos de la plaza de los Maestros es la joyería Nevacam, junto a Cánovas. «El sitio es fantástico, es un sitio muy céntrico, comercial, de paso, pero tiene el inconveniente de que es privada y siempre hay que contar con la comunidad de vecinos», explica Nevado, que reconoce que el comercio de Cáceres, el de calle «está un poquito de capa caída», algo que lo que no escapa esta plaza. Hace cuatro años se creó la asociación de comerciantes de la Plaza de los Maestros, que ahora mismo está inactiva al haberse quedado un número tan pequeño de comerciantes, aunque pertenecen a Aeca.
Nevado del Campo señala que el ambiente enrarecido en la plaza existe «desde hace bastantes años». «Cuando estábamos constituidos como asociación llamábamos a la policía cada dos por tres, había trapicheo y eso se acabó porque la Policía Nacional vigilaba bastante, pero ahora se ha deteriorado de nuevo el ambiente», una situación que «puede retraer a algún empresario interesado en abrir un negocio». Una pescadilla que se muerde la cola que parece tener, al menos a corto plazo, difícil solución.
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José Pastor es el presidente de la comunidad de vecinos del número 22 de la avenida de España. Según explica a este diario él no ve relación «causa efecto» entre el cierre de los comercios y el incivismo, una cruz que lleva encima esta plaza desde hace años. Pastor señala que la junta rectora está llevando a cabo un arduo trabajo para la mejora general de entorno. «Hemos cambiado la iluminación y no tiene nada que ver con lo que había antes, que parecía un callejón, ha quedado muy bien», indica Pastor.
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