La Plaza Mayor de Cáceres se llena al ritmo del pop familiar

Los termómetros llegaron a alcanzar 38 grados este viernes pero no desincentivaron las ganas de disfrutar de los siete conciertos gratuitos que se ofrecieron desde las diez y cuarto de la noche. La cita empezó con tres cuartos de hora sobre la hora establecida y algunos cambios en el orden de los artistas.

Rompió el hielo el artista Carlos Baute, que se subió al escenario para interpretar algunos de sus grandes éxitos. Fue una breve intervención en donde sonó la ya mítica 'Colgando en tus manos'. Él está inmerso en su gira 'De mi puño y letra', pero pudo hacer parada para estar en este concierto, que cierra una gira que ha estado en otras nueve plazas en toda España. Otro de los platos fuertes es Marta Santos, autora de 'Las cosas pequeñitas' y que tiene, a sus 26 años, una larga legión de fans. Araceli Dorado acudió con sus amigas (un grupo de veinteañeras con una cuarentañera) especialmente a disfrutar de esta cantautora. A lo largo de la noche fueron pasando por el escenario de la Plaza Mayor, colocado delante los soportales del Ayuntamiento el artista peruano Ezio Oliva, Melocos, uno de los atractivos de la noche junto a Gonzalo Hermida y Ana Guerra. La artista canaria presentó su nuevo Ep 'Érase una vez'. Está centrada en su gira pero hace parón para sumarse a este concierto colectivo que muestra la música más popular.

También atrajo hasta la Plaza Mayor de Cáceres a numeroso público Blas Cantó. Ex integrante del grupo Auryn ha trazado una carrera en donde destaca su paso por Eurovisión o su triunfo en el programa de imitaciones de Antena 3 'Tu cara me suena'.

Las celebraciones en la Plaza Mayor ya han impuesto un formato sin botellón y el público está familiarizado con los controles, que evitan que se acceda con recipientes y alcohol y que tratan de que este tipo de eventos sean más sostenibles. Se previó un plan de seguridad similar al del año pasado, que se concretó en agentes de Policía inspeccionando algunas bolsas para evitar el acceso con botellas. La Plaza Mayor contó también con amplios dispositivos de protección civil de DYA y Cruz Roja.

Los hosteleros pudieron sacar barras a la calle, con precios algo más elevados a los del Womad. Los litros de tinto de verano, calimocho y sangría rondaban los seis euros, las cañas costaban tres y los refrescos estaban a dos euros.

Varios contenedores distribuidos por la Plaza evitaban que quedaran residuos por el suelo, la a veces frecuente capa de plástico.

Había también una zona para que las personas con discapacidad y movilidad reducida pudieran seguir un concierto que obró el milagro de llenar de contenido el verano cacereño, que empieza a languidecer una vez que asoma julio.