La Plaza Mayor de Cáceres se queda sin la histórica farmacia de Castel

El Diario Oficial de Extremadura (DOE) publicó este miércoles el expediente de solicitud de traslado de esta oficina, situada en el número 28 de la Plaza Mayor, a los locales 7-8 y 9 de la superficie comercial para ser sometido a información pública durante un plazo de 20 días. Durante este tiempo pueden presentarse las alegaciones que se consideren oportunas y el expediente podrá ser examinado por el Servicio Territorial de la Consejería de Salud y Servicios Sociales de la Junta de Extremadura. El procedimiento, por tanto, está abierto.

El titular de la farmacia Plaza Mayor (esta es su denominación actual), Pedro Hernández, se muestra cauto al hablar del traslado, al no haber finalizado todavía el proceso. Expone que son dos los motivos que le han llevado a adoptar la decisión. Por un lado, tenía la necesidad de buscar un local más grande para ofrecer más servicios a la población.

Señala que si hubiera habido en la Plaza un local disponible que se ajustara a los requisitos que busca no se hubiera planteado el cambio de ubicación. «Me hubiera quedado», asegura.

Al factor del local se suma, además, la posibilidad de dar cobertura a un mayor número de población. Carrefour está situado cerca de barrios jóvenes como el Junquillo y Macondo, que carecen de oficina de farmacia. La más cercana a estas zonas se encuentra en el Vivero. El nuevo local contaría con un acceso directo desde la calle.

La Plaza Mayor, que llegó a contar con cuatro farmacias operativas al mismo tiempo (a la de Castel se sumaban la de Jabato, Bravo y Escribano) en el siglo XX, se quedará así sin botica si los planes se cumplen. Pero la atención está garantizada para los vecinos de la zona, tranquiliza Pedro Hernández.

La idea es que los clientes de toda la vida sean atendidos en la farmacia de la calle Pintores, que está regentada por la misma familia y que está situada a escasos metros de distancia. De hecho, con el fin proporcionar a la clientela un ambiente de familiaridad, el empleado más veterano de la farmacia de la Plaza pasará a atender tras el mostrador de Pintores. En total, en la antigua farmacia de Castel hay siete empleados.

No es el primer caso de botica que deja el centro para marcharse a barrios nuevos. En 2012 hizo lo mismo la de la Plaza de la Concepción, en este caso para ubicarse en Montesol. No obstante, Pedro Hernández apunta que la ubicación de la Plaza Mayor proporciona mucho movimiento de turistas para el negocio.

Según el libro publicado por Pilar Bacas sobre Joaquín Castel (1853-1913), el hombre que dio nombre a la farmacia durante décadas se puso al frente de la misma al heredarla de sus suegros. «Su existencia ya estaba documentada en el siglo XVIII», escribe Bacas sobre el negocio. En 1959 murió el último boticario de la saga Castel. Pero el apellido permanece en el imaginario colectivo.