Cerca de 900 vecinos han llamado en el último año a la Policía Local para quejarse de molestias relacionadas con el ocio nocturno. Según ... indicó Benedicto Cacho, el jefe de la Policía Local de Cáceres, en estos 365 días se han llevado a cabo 55 controles con más de 200 alcoholemias, pruebas de drogas, consumo de alcohol y drogas en la vía pública y mediciones de ruido a instancias de particulares. «Hacemos muchísimas intervenciones, pero el problema es que si hay 700 personas aquí no podemos impedir la libre circulación, es un derecho constitucional, la calle es de los ciudadanos a no ser que estén haciendo algo que sea una infracción administrativa, pero es complicado adoptar medidas globales cuando tenemos una ciudad muy grande».
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Estos datos los aportó tras la reunión que se mantuvo este viernes con el presidente de la asociación vecinal de la Madrila para abordar la quejas que ha habido en los últimos días en esta zona. El alcalde, Rafael Mateos, anunció que se va a crear una comisión de trabajo que se reunirá este mes de octubre para poner coto a esta situación, que calificó como «complicada», pero «diferente a lo que sucedía en los años 80 y 90» debido a las normativas establecidas y también al esfuerzo hecho por los empresarios para insonorizar los locales.
Este grupo de trabajo estará representada la asociación de vecinos, el Ayuntamiento de Cáceres, la Policía Local, la Policía Nacional, el servicio de actividades y representantes de la Junta de Extremadura. «La experiencia nos dice que la mesa de la plaza de Santiago dio sus frutos y que esa relación cercana entre los vecinos y los hosteleros puede ser beneficiosa», indicó Mateos mientras apuntó a que los locales de esta zona tienen licencia.
Por su parte Francisco de Borja Gutiérrez, el presidente vecinal, indicó que va a dar «un voto de confianza» al trabajo que se lleve a cabo en esa reunión, pero manifestó que el barrio «está dejado». Gente cantando o gritando, consumo público de estupefacientes, menores en la zona, peleas y violencia, suciedad provocada por orines, vómitos y basura y vandalismo en coches y en locales son los problemas de esta barriada que cuenta con 1.000 residentes, más los 300 de la Peña del Cura.
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