El edificio Valhondo, de titularidad municipal, continúa ofreciendo sus servicios de acogida a las personas sin techo de la ciudad que necesitan ... un refugio en el que pernoctar. Aunque estaba previsto que a principios de año este recurso se instalara en las traseras de San Juan, en concreto en la calle Postigo, el desembarco del centro de emergencia social en la parte posterior de Acisf no termina de producirse. Tal y como informa el Ayuntamiento de Cáceres, se ha llevado a cabo una prórroga del uso de Valhondo hasta el próximo 31 de marzo, como plazo hasta que pueda habilitarse este recurso, sin dar detalles sobre qué ha motivado el retraso en su acondicionamiento.
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Cuando se abra, está sería la tercera ubicación para este espacio, que echó a andar en la calle Ríos Verdes, en instalaciones que pertenecen al templo de Santo Domingo. Este recurso empezó a funcionar en 2018. Al principio solo estaba operativo durante el protocolo de la ola de frío, pero más tarde se optó por mantenerlo abierto durante todo el año, para poder ser utilizado para las personas que no tienen recursos y tienen que vivir en la calle. El Centro de Emergencia Social (CES) cuenta con 12 plazas (nueve para hombres y tres para mujeres) y permite la pernocta a las personas que no tienen hogar desde las 22 horas hasta las 10 de la mañana.
Durante la presentación en el mes de diciembre del protocolo 'Ola de frío' el presidente de Cáritas, Damián Niso, habló de la precariedad de la asistencia para las personas que no tienen una casa y pidió más espacios para poder dar cabida a todas las personas con necesidades. Es de la misma opinión Delia Álvarez, coordinadora de este protocolo en Cruz Roja. «Se necesitan más camas, está visto que se queda corto». Muchas personas sin hogar hacen fila desde primera hora para poder dormir a resguardo.
El Ayuntamiento aporta 100.000 euros para el CES, que dio asistencia a 123 personas en 2024. El Centro Vida, con 15 plazas, aporta asistencia para los sintecho pero con otro enfoque. Se trata de estancias más largas que permiten trabajar con las personas vulnerables y trazarles itinerarios para que puedan rehacer su vida. En algunos casos a personas que pernoctan en el centro de emergencia social se les ofrece trasladarse al Centro Vida. Es el caso de Jose, la persona vulnerable que falleció el pasado mes de enero en el hospital tras ser recogido en la Plaza Mayor por los servicios sanitarios. Él acudió en ocasiones al Centro de Emergencia Social (CES), pero rechazaba ingresar en el Centro Vida. En ocasiones, en casos graves de vulnerabilidad el IMAS ofrece plazas en hostales de la ciudad con los que tiene convenio para pasar la noche.
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El recurso del Centro de Emergencia Social (CES) se completa con los protocolos para combatir el frío y el calor. Se activan unidades móviles de Cruz Roja y DYA en las que les llevan a las personas alimentos o recursos que puedan ayudar a combatir las adversidades meteorológicas a las personas que no tienen hogar. Cruz Roja lleva a cabo esta tarea en días de diario y DYA se ocupa de hacerlo por la tarde.
Cuenta Ángel Luis Hoya, el presidente de la nueva asociación 'Nadie sin techo' de Cáceres que el 'sinhogarismo', es decir, vivir en la calle, es un círculo muy difícil de romper, pero que si él ha podido hacerlo, «se puede».
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Hoya ha fundado esta entidad, en la que figuran Pedro Martín Moreno y como secretario y Ángel Alfonso Ruiz Portela como tesorero para reivindicar los derechos de personas como él, que hace 11 años pasó de tener una vida estable y un hogar a verse en la calle tras quedarse en el paro, divorciarse y que todo se torciera Según sus cálculos alrededor de 40 personas viven en la calle en Cáceres.
El pasado 13 de febrero Hoya fue recibido por la concejala del IMAS, Encarna Solís, que le anunció que su asociación entrará a formar parte del consejo sectorial de las personas sin hogar de la ciudad, como una forma de integrarse en la búsqueda de soluciones para este colectivo, muy visible en las calles pero que no tiene voz.
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Casi al 100%. Así es como se encuentra el centro de emergencia social durante prácticamente todo el invierno. Tal como señalaban a HOY fuentes de Cáritas este recurso se suele encontrar siempre al completo, aunque en los últimos días se había liberado una plaza para una mujer. Durante los meses de invierno, sobre todo en enero y febrero las a estas sensaciones térmicas que pueden poner en riesgo la vida de los que están en la calle. El protocolo 'Ola de frío' que arrancó a mediados de diciembre atendió en esa primera noche de la temporada a cinco sintechos, a los que proporcionó alimentos y bebidas calientes, mantas, mochilas e información para que la situación sea un poco más llevadera. Normalmente suelen ser cerca de una docena de personas las que son atendidas cada noche por DYA o por Cruz Roja, que se coordinan para cubrir toda la semana.
Según los datos que aporta el Instituto Nacional de Estadística (INE) casi el 80% de las personas sin hogar son hombres, algo muy patente en las calles. Para Ángel Luis Hoya, presidente de la asociación de sintechos de Cáceres el motivo puede encontrarse en que condiciones que tienen que asumir tras un divorcio son duras, lo que puede producir un punto de inflexión considerable en sus vidas, con una economía endeble que no llega para todo y que puede abocar a vivir en la calle.
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