Dos voluntarios atienden a una persona sin hogar en la primera jornada del protocolo 'Ola de frío'. JORGE REY

El protocolo 'Ola de frío' atiende a cinco sintechos en su primera noche en Cáceres

Cruz Roja y DYA recorren la ciudad en busca de personas sin hogar para repartirles recursos que les permitan sobrellevar las bajas temperaturas

Cristina Núñez

Cáceres

Miércoles, 18 de diciembre 2024, 07:19

Los coches aparcados al raso en estos días de diciembre amanecen con una fina capa de escarcha en el capó, síntoma inequívoco de las bajas temperaturas nocturnas. Varias personas en la ciudad, las que no tienen un techo en el que cobijarse experimentan en ... su propia piel a estas sensaciones térmicas que pueden poner en riesgo su vida. El protocolo 'Ola de frío' que arrancó el pasado lunes atendió en esa primera noche de la temporada a cinco sintechos, a los que proporcionó alimentos y bebidas calientes, mantas, mochilas e información para que la situación sea un poco más llevadera.

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«Normalmente encontramos entre ocho y diez personas, se ha reducido ese número, lo que significa que hay personas que han encontrado sitio o que les va la vida mejor», señala Delia Álvarez Martín, voluntaria y coordinadora de dispositivo de este protocolo que se extiende hasta el próximo 31 de marzo.

El mes de diciembre es un periodo de paso en la ciudad. «Viene gente a probar suerte o, por las fechas que son a juntarse con amigos de la noche que han hecho aquí, como ellos se llaman». La docena de plazas que ofrece el Centro de Emergencia Social (CES) estuvieron ocupadas el lunes. «Eso nos hace estar contentos porque están bajo techo y calentitos».

Cruz Roja se encarga de llevar a cabo la cobertura de los sintechos de lunes a jueves mientras que DYA social lo hace durante el fin de semana. El pasado lunes llevaron a cabo un recorrido por el centro, por áreas como Moctezuma o las proximidades del Palacio de Congresos. «Suelen meterse en cajeros porque buscan el resguardo del frío y del aire, pero no siempre se los encuentran abiertos». Muchos de ellos temen ser atacados y pasan la noche en una especie de estado de duermevela. «Llegan a robarles simplemente por hacer daño, son vivencias muy duras a las que tienen que enfrentarse».

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Anteriormente la estación de autobuses era el punto de encuentro de los sintechos de la ciudad, pero las peleas y los robos entre ellos han hecho que no se les permita establecerse en este hall.

Un voluntario prepara los alimentos para los sintechos. JORGE REY

En la 'batida' del pasado lunes cuatro de las cinco personas localizadas formaban parte de los usuarios habituales de años anteriores y había una persona nueva. Según los datos que proporciona el INE el 80% de las personas que no tienen hogar son hombres, algo que también se refleja en el caso de Cáceres. En cuanto a las edades, la mayoría de ellos se encuentran pasados los 55 años y «hasta los 70» aproximadamente. «De paso sí que llega gente más joven, el lunes nos encontramos a una persona de 40». Los motivos que les ha llevado a la calle son diversos. «Detrás de cada persona hay una historia, es interesante pararte un poquito con ellos y analizar esa vivencia, hay que escucharles e intentar comprenderles».

El primer día del protocolo el reencuentro entre voluntarios y usuarios suele ser emocionante. «Se ponen muy contentos en general, en el 98% de los casos da gusto estar con ellos», señala esta voluntaria, que sale a las calles desde hace nueve años.

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Una voluntaria entrega a una persona sin hogar una mochila. JORGE REY

Más demanda que oferta de camas para pernoctar

Detrás de la idea preconcebida de que las personas que viven en la calle lo hacen por libre elección hay una realidad asistencial en precario y que no puede cubrir todas las necesidades existentes. El Centro de Emergencia Social (CES), ubicado actualmente de forma temporal en el edificio Valhondo cuenta con 12 plazas (nueve para hombres y tres para mujeres) y permite la pernocta a las personas que viven en la calle desde las diez de la noche hasta las 10 de la mañana. Durante la presentación la pasada semana del protocolo 'Ola de frío' el presidente de Cáritas, Damián Niso, habló de la precariedad de la asistencia para las personas que no tienen una casa. Es de la misma opinión Delia Álvarez, coordinadora de este protocolo en Cruz Roja. «Se necesitan más camas, está visto que se queda corto». Muchas personas sin hogar hacen fila desde primera hora para poder dormir sobre cubierto.

El Ayuntamiento aporta 100.000 euros para el CES, que ha dado asistencia a 123 personas en este año 2024. El Centro Vida, con 15 plazas, aporta asistencia diurna para los sintecho. En ocasiones, en casos graves de vulnerabilidad el IMAS ofrece plazas en hostales de la ciudad para pasar la noche.

El protocolo del frío lo sustentan voluntarios de Cruz Roja y de DYA social. Son 43 persoas de Cruz Roja las que van turnándose para dar cobertura a todos los que la necesitan. Se trata de un trabajo integral que supone también hacer la compra y preparar todo el contingente que sale cada noche, de 22 a 00 horas. Caldo, guisos de legumbres de todo tipo, café o leche caliente, fruta y zumos forman parte de los alimentos que reciben los que tienen que dormir en la calle.

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