José Luis García García ha pleiteado durante cuatro años HOY

José Luis García

«Me quedé en 'shock' cuando mi madre me dijo que era hijo del patrón»

El Tribunal Supremo ha reconocido que su verdadero padre es un terrateniente de Cáceres y no el pastor de la finca

Sergio Lorenzo

Cáceres

Miércoles, 8 de marzo 2023

«Quiero contar mi historia porque creo que todas las personas tenemos derecho a conocer la verdad de nuestra identidad y de nuestro origen», afirma a HOY José Luis García García, un hombre de 58 años que ha logrado que el Tribunal Supremo reconozca quién es su verdadero padre ... .

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Cuenta que él vivió su infancia en una gran finca del término municipal de El Gordo, al norte de la provincia de Cáceres, muy cerca del límite con Toledo. «Era una finca muy grande, de un millón de metros cuadrados (100 hectáreas), por lo menos allí trabajaban 15 personas, y una de ellas era mi padre, que era pastor. Cuidaba y pastoreaba las ovejas y trabajaba desde primeras horas de la mañana hasta la noche. Aprovechando la ausencia de mi padre, el hijo del patrón, que vivía también en la finca, comenzó a tener una relación íntima con mi madre».

José Luis recuerda que primero vivieron en un chozo y después pasaron a ocupar una vivienda dependiente del cortijo. La madre tuvo diez hijos. Los padres estuvieron trabajando y viviendo en la finca 28 años. «Siempre he vivido creyendo que mi padre era el pastor –afirma–. He vivido mi infancia con toda naturalidad, lleno de amor, de respeto, cariño y cuidado, y, por supuesto, siempre le consideraré a él como mi padre. Con el paso del tiempo a mis oídos llegaron rumores y comentarios sobre la relación de mi madre con el hijo del patrón. Tenía en mi corazón la sensación de que algo no cuadraba y, poco a poco, creció en mí el deseo de conocer la verdad».

Pasó el tiempo, José Luis se casó y se fue a vivir a Jávea, en Alicante. Los padres le fueron a visitar y ahí fue cuando la madre le contó la verdad. Él vivía en una casa con campo, y el pastor, que ya estaba jubilado, se fue a cortarle una zona de maleza. «Nos quedamos mi madre y yo en la cocina, tomando un café –recuerda–, entonces dije que parecía mentira lo activo que estaba mi padre, que siempre tenía que estar haciendo algo, y ella me dijo: 'Te tengo que contar una cosa. Tu padre no es él'. Me dijo quién era mi padre y me quedé en 'shock'. No sabía qué responder, qué pensar. Era demasiado fuerte para mí».

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Encontró entonces explicaciones a algunas cosas. «Yo tengo una enfermedad llamada retinosis pigmentaria, no veo bien. El médico me decía que era hereditario y que alguien de mi familia la tuvo que tener o la tenía. Preguntaba a mi padre y a mi madre y nada, no había nadie de la familia que la tuviera; y resulta que la madre de mi padre biológico, mi abuela, la tuvo».

Tras saber la verdad, José Luis decidió esperar. Se murió su madre, luego falleció la persona a la que ha querido como un padre, y fue a hablar con su padre biológico, que de ser el hijo del patrón había pasado a ser el patrón. «Me puse en contacto con él y le dije lo que me contó mi madre. Su reacción fue fría y cortante. Me dijo que él tenía una vida, que tenía una mujer y cuatro hijos, y que no quería ningún tipo de problema. Le contesté que su mujer lo entendería porque ocurrió antes de que se casara. Decidí darle un tiempo, para que meditase y cambiara de opinión; pero como el tiempo pasaba y no se ponía en contacto conmigo, su silencio me hizo tomar la decisión, por honor a mi madre y a mí mismo, de acudir a la justicia».

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Contrató al abogado Carlos Cañete Rodríguez, al que José Luis García está agradecido. «Gracias a su profesionalidad y entrega conseguimos que el juzgado admitiese la demanda en vista de las pruebas. Han sido cuatro años de recursos hasta que el Tribunal Supremo nos ha dado la razón».

José Luis, el primero por la izquierda, con su madre, algunos de sus hermanos y un familiar, en El Gordo. HOY

Se negó a hacer la prueba de ADN

Su abogado señala que el procedimiento se alargó por el sistema garantista actual, que hizo que el asunto se viera dos veces en el juzgado de primera instancia. El padre perdió, recurrió a la Audiencia Provincial, volvió a perder y recurrió al Supremo, que ya dio definitivamente la razón al demandante. «El demandado –indica el letrado– siempre se negó a hacer la prueba de ADN, y eso que se le advirtió lo que eso conllevaba. Si hubiera hecho la prueba de ADN se demostraría enseguida si era o no el padre biológico». Sobre las consecuencias de tener que reconocer a José Luis García como su hijo, su abogado señala que cuando su padre fallezca tendrá que tenérsele en cuenta. «Él es un hijo más, y en la herencia le corresponderá su parte como tal hijo», recalca.

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José Luis afirma que de los diez hijos que tuvo su madre, él y otros dos hermanos son hijos del actualmente dueño de la finca. «Los tres nos parecemos a su familia –indica–. Yo le he puesto la demanda de paternidad, pero mis otros dos hermanos no han querido porque viven en el mismo pueblo».

En 1964, cuando José Luis nació, su madre tenía 40 años y el entonces hijo del patrón había cumplido 21. El Tribunal Supremo señala que él fue quien inscribió a José Luis en el registro civil, figurando en la declaración que lo hacía en calidad de 'patrono'. Cuando se fue a hacer la mili escribió cartas dirigidas al pastor y a su mujer.

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El Supremo también dio importancia a la declaración de las hermanas mayores de José Luis, que señalaron que varias veces habían visto al hijo del patrón en casa, que les encontraron juntos en el corral, y que una vez le vieron salir de una habitación en la que estaba su madre subiéndose la cremallera del pantalón.

José Luis afirma que él es muy parecido a uno de los cuatro hijos reconocidos por su padre biológico. «Nos parecemos tanto que una vez le enseñé una foto mía de cuando tenía unos 35 años y él se extrañó, porque aseguraba que esa foto se la habían hecho a él, pero no se acordaba cuándo. Se quedó de piedra cuando le dije que la foto era mía y que teníamos el mismo padre».

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