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María José Torrejón
Cáceres
Martes, 2 de marzo 2021, 21:18
Las terrazas al aire libre se han convertido en la opción más demandada a la hora de tomar algo en un bar en esta nueva normalidad surgida de la pandemia. Se da la circunstancia de que dos parques públicos de la ciudad, El Rodeo ... y el del Perú, tienen en estos momentos sus chiringuitos cerrados por diferentes motivos.
El del Perú, situado junto a la avenida de Alemania, no cuenta con el visto bueno de Sanidad debido a que solo tiene un baño cuando y, dado el tipo licencia con la que funciona, debería tener dos aseos diferenciados por sexos. Mientras tanto, el quiosco del Rodeo permanece precintado. ¿El motivo? El chiringuito arrastra problemas en la cubierta y, además, en estos momentos no tiene quien lo explote. Por eso, el Consistorio busca alternativas para reparar la infraestrutura y sacar a concurso su explotación, empujado por las circunstancias actuales con el fin de favorecer los planes al aire libre.
El bar del Perú sí tiene adjudicatario. Se llama Luis Rodríguez y también está al frente de la tapería Neptuno y del quiosco de la Plaza de Italia. Él ha explotado el chiringuito del Perú desde el año 2014. El primer contrato de adjudicación expiró en 2018. Lo renovó entonces por un periodo de seis años más otros tres prorrogables.
Los problemas, explica el hostelero, llegaron en 2019, cuando la Consejería de Sanidad hizo la inspección correspondiente. Le dijeron entonces que para poder seguir operativo con su licencia en vigor –licencia de quiosco-bar, según especifica el empresario– debía contar con un baño doble: uno para hombres y otro para mujeres, que además fuera accesible. El chiringuito, ilustra Rodríguez, cuenta con un único aseo, adaptado para personas con movilidad reducida.
El año pasado el quiosco permaneció cerrado y ahora, ante el inminente inicio de la temporada de terrazas, adjudicatario y Ayuntamiento buscan una solución para arreglar el problema. El acuerdo que el hostelero mantiene con el Consistorio le permite explotar este quiosco de abril a octubre. También tiene la opción de mantenerlo abierto durante todo el año, siempre que aumente la partida que paga a las arcas municipales.
El equipo de Gobierno muestra su disposición para buscar una solución rápida. «Somos conscientes de la problemática que ha existido al haber un informe de Sanidad que no permite el desarrollo de una actividad que, por otra parte, cuenta con su licencia municipal. Vamos a trabajar de forma coordinada con el SES(Servicio Extremeño de Salud) para buscar una solución que permita a este hostelero hacer uso de ese espacio y a los cacereños poder disfrutar de una terraza al aire libre que, hoy por hoy, son espacios seguros y agradables», señala el Consistorio.
Sobre el chiringuito del parque El Rodeo, que luce en estos momentos un precinto, la intención municipal también es ponerlo en marcha. En este caso hay dos cuestiones por resolver. Por un lado, su adjudicación, ya que no hay ningún hostelero que ahora esté al frente de este negocio. Y, además, el quiosco tiene problemas con el tejado.
«Vamos a estudiar la posibilidad de sacarlo a concurso para el mayor tiempo que podamos. Estamos estudiando la posibilidad de incluir en el pliego que las reparaciones que precisen llevarse a cabo en la cubierta se puedan sufragar con cargo al canon anual», se detalla desde el equipo de Luis Salaya en referencia a la tarifa que pagaría el adjudicatario de este quiosco.
El chiringuito de El Rodeo, situado junto al hospital San Pedro de Alcántara, ha tenido un canon mensual de 1.100 euros durante los últimos años. Mientras tanto, el adjudicatario del chiringuito del Perú paga unos 900 euros al mes y la superficie de terraza es de 267 metros cuadrados.
En 2013 el Ayuntamiento anunció la creación de tres quioscos nuevos en otros tantos parques públicos de la ciudad: el del Príncipe, en el parque Padre Pacífico (Cabezarrubia) y en Mejostilla, en el parque Fernando Turégano, situado junto al colegio Castra Caecilia. Ocho años después, solo uno de esos chiringuitos es una realidad: el del Parque del Príncipe. Los otros dos no llegaron a materializarse.
Tras una obra cuya inversión ascendió a 94.000 euros, la cafetería del Parque del Príncipe se adjudicó por un periodo de 25 años a la empresa Madrila Eventos, que paga un canon anual de 10.800 euros. El quiosco del parque Padre Pacífico llegó a adjudicarse, pero el empresario renunció posteriormente al no poder costear la seguridad privada que le exigían.
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