Las refugiadas ucranianas que se movilizan en Cáceres para ayudar a su país

Esta mujer de 39 años procedente de la ciudad de Vínnytsia es una de las voluntarias que participa clasificando material humanitario en la campaña 'Unidos por Ucrania', en la que participa el Círculo Empresarial Cacereño y particulares. El próximo lunes saldrá un nuevo camión a Polonia con 24.000 kilos de ayuda, entre los que hay sillas de ruedas y accesorios para personas con discapacidad. Desde el inicio de esta crisis humanitaria la nave de Grúas Eugenio, en el polígono de las Capellanías, ha servido como punto de recepción y clasificación de productos, que ya han salido en varios envíos en las última semanas.

Cerca de 50 personas se organizan a través de un grupo de Whatsapp para acudir a esta nave e ir organizando los envíos. Una vez ubicada en Cáceres a través de la organización Accem Viktoriia se interesó en hacerse voluntaria para poder ayudar a su país, y una persona que conoció le puso en contacto con Diego Hernández, gerente de Grúas Eugenio y organizador de esta acción.

«Quiero ayudar a mi pueblo, cada vez que se necesitan voluntarios vengo» explica esta mujer. También le dedica mucho tiempo a aprender español, ya que su objetivo es trabajar en cuanto pueda. La mayor parte de la familia de Viktoriia, monitora de actividades artísticas, continúa en el país. Dice que su estado de ánimo ha mejorado desde que llegó, al ver que España era un país seguro y que ayuda a los refugiados. «Estoy muy agradecida, aunque esperando la paz».

«Ellos están a salvo y quieren ayudar a su pueblo, todos pueden aportar su granito de arena en este caso con su trabajo y su dedicación», indica Liliana, una ucraniana que lleva ya 22 años en Cáceres y que hace de puente lingüístico entre las personas ucranianas que llegan y los españoles.

Lina Kobrynink llegó a la ciudad con sus tres hijas hace dos semanas, procedente de Vínnytsia. Modista de profesión, también se ha querido embarcar en esta actividad solidaria en la que además de trabajo hay algunas bromas, ciertos momentos de relajación que ayudan a estas mujeres a destensar el duro momento por el que pasan, lejos de su casa y de los suyos. «Me enteré a través de Viktoriia de esta actividad y quise colaborar», explica. «Mi marido, mi madre y mis hermanos están allí, están todos bien porque ahora la ciudad está tranquila, no está en el foco de combate». Pero más allá de eso teme por la economía, por la situación que les va a dejar la guerra. «Ya han desaparecido muchos puestos de trabajo que ya no hacen falta».

Junto a ellas en la tarde del Miércoles Santo en el que se nota que mucha gente está ya a procesiones o de viaje está Flora Holgado, la única cacereña del grupo. «Me gusta echarles una mano, bastante mal lo están pasando, hay que ayudarles, estamos desde el principio porque se necesitaba gente para organizar todo esto y somos muchos los que venimos». Indica que es enriquecedor compartir vivencias, pese al handicap del idioma. «Pero siempre hay una comunicación», señala quitando hierro.

La campaña 'Unidos por Ucrania' continuará mientras sea necesario, anuncia Diego Hernández. Además de los productos que donan particulares y que llevan a los establecimientos colaboradores a la propia nave los empresarios también hacen aportaciones económicas necesarias para llevar a cabo estos envíos.