Mesa de ofrendas y venta de roscas de anís y dulces en la romería de los Santos Mártires, este domingo en Cáceres. ARMANDO MÉNDEZ

Roscas y ofrendas en el Paseo Alto de Cáceres

SANTOS MÁRTIRES ·

Este domingo se celebró la romería de San Fabián y San Sebastián, sin faltar los dulces típicos, la patatera y las migas extremeñas, pero con menos trajes regionales

Domingo, 23 de enero 2022, 14:29

El Paseo Alto de Cáceres lució radiante este domingo al volver a celebrar su romería de los Santos Mártires. Si en 2020 la borrasca Gloria empañó la fiesta, que pese a las gélidas temperaturas resistió, y el año pasado la situación de pandemia obligó a suspenderla, la mañana fresca pero soleada de este año acompañó a los romeros, recuperándose en el exterior de la ermita las populares tradiciones de esta celebración.

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Roscas de anís, dulces caseros, migas extremeñas, patatera, misa y folklore son algunos de los ingredientes que no faltan en esta festividad en honor a los mártires San Fabián y San Sebastián.

Sin restricciones sanitarias actualmente, excepto la obligatoriedad de usar mascarilla y la recomendación de guardar la distancia de seguridad, el Paseo Alto congregó a una nutrida representación de cacereños, sobre todo alrededor de la una del mediodía. «Ha venido mucha más gente de lo que esperábamos. No sabíamos muy bien como iban a reaccionar, pero hay ganas de romería», señalaba el mayordomo de la cofradía de la Salud, Luis Pedro Cámara.

La organización adquirió y distribuyó este año 1.000 roscas de anís, la mitad que en años anteriores. Al término de la misa se formaron largas colas para comprarlas y hacerse con otros manjares en la mesa de ofrendas. «Es la tradición y no fallamos», comentaban Mari y Marisa Domínguez mientras hacían acopio de roscas. No faltaron tampoco los pinchos de tortilla y patatera y la degustación de migas.

La vestimenta extremeña es otra seña de identidad de los Santos Mártires, sin embargo, pocas familias acudieron con el traje regional. «Esa siempre es la asignatura pendiente de este tipo de romerías, habrá que ir potenciándolo de nuevo», admitía Cámara.

Quien no se perdió la cita es la abogada cacereña Montaña Díaz Sanabria acompañada de su hija Jimena, de dos años, ataviada para la ocasión por vez primera. «Suelo venir todos los años, tanto aquí como a San Blas, para mí es un día especial», reconocía. Vestida de montehermoseña, iba enfundada en el traje cacereño más antiguo, con 170 años y 22 kilos de peso.

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Con el atuendo extremeño actuaron los integrantes de la asociación cultural de folklore Santa Lucía. El grupo ofreció un repertorio popular tras la misa, que amenizó la coral In-Pulso.

A la entrada del Paseo Alto, la veterana repostera Ricarda Martín ofrecía los coquillos de miel y azúcar, floretas, roscas fritas y tortas de chicharrones que ella misma amasa a sus 78 años. «Mis dulces los conoce la gente y vienen a buscarlos», relataba. «El secreto, que no llevan colorantes ni conservantes, días antes hago la masa madre y por eso son tan naturales», desvelaba. La queja de Ricarda, que el Ayuntamiento le ha cobrado por primera vez una tasa de 80 euros por montar el puesto. «Me parece un poco exagerado por estar una mañana aquí», lamentaba.

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