El archivo histórico que se conserva en el Palacio de los Golfines de Abajo es una joya documental. Entre los más de 9.000 ... escritos que custodia entre sus muros destacan los libros de cuentas de la reina Isabel la Católica, redactados por su camarero, Sancho de Paredes Golfín. Sancho era hijo de Alonso Golfín, quien inició en el siglo XV la construcción de este palacio, uno de los más impresionantes de la Ciudad Monumental.
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Además de camarero (cargo que asumió en 1484 al tomar el testigo de su suegro), Sancho de Paredes Golfín –que se retiró a esta construcción cuando dejó sus ocupaciones en la corte– fue uno de los firmantes del testamento de la reina en Medina del Campo.
Ahora sus anotaciones, que han sido digitalizadas, permiten desmentir la leyenda negra que ha venido arrastrando Isabel la Católica a lo largo de los siglos: su falta de aseo. Los libros de cuentas, en concreto el número 9, hablan de los secretos de tocador.
«La reina era también aficionada a los perfumes y joyas. Ella pensaba que el cargo había que vestirlo, que una reina debía tener una presencia pública solemne o destacada», explica el profesor Miguel Ángel Ladero Quesada, catedrático y académico de la Real Academia de Historia. Está considerado el mayor especialista en historia de la Corona de Castilla durante los siglos XIII a XV. «Así –prosigue– como su hermano Enrique IV en eso había sido un poco desastre, porque no le gustaba vestirse bien, ni las recepciones, Isabel tenía un concepto muy fuerte de la vida real y de cómo las vestimentas, las joyas y los cortesanos tenían que existir porque eso impresionaba a la gente, a los súbditos, y les daba la sensación de que estaban realmente ante su rey o reina. Y los perfumes también formaban parte de eso», detalla.
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Los documentos de Sancho de Paredes Golfín, donde se registran todos los gastos de Isabel la Católica, hablan de los gustos de la reina. Algunos de sus productos preferidos procedían del Lejano Oriente. Entre sus cosméticos no faltaban la algalia (sustancia untuosa, de olor fuerte y sabor acre que se emplea en perfumería), el almizcle (de color marrón y fuerte olor que segrega el macho del ciervo almizclero, utilizado comúnmente como notas de fondo en perfumería) o el benjuí (resina de un árbol originario de los bosques tropicales de países del sudeste asiático, que hidrata la piel del rostro, además de deshinchar y desmaquillar suavemente). El aceite de azahar y el de rosa mosqueta también tenían su sitio en el tocador.
Estos secretos de la Corona acaban de hacerse públicos ahora porque la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno, propietaria del Palacio de los Golfines después de que su última propietaria muriera sin herederos directos, presentó el pasado martes la digitalización del archivo. Se trata de un proceso que ha durado nueve años y que permite el acceso libre a la imagen de todos los documentos.
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Los curiosos detalles anotados por Sancho de Paredes Golfín han traspasado las fronteras nacionales y el diario británico 'The Times' no se ha resistido a publicar una información titulada 'Spain's greatest queen wasn't so whiffy after all, say historians' (Después de todo la reina más grande de España no era tan maloliente, dicen los historiadores).
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