Las seis vidas del Palacio de Godoy de Cáceres

El jueves estuvo en el Ayuntamiento de Cáceres, junto al conocido paisajista Álvaro de la Rosa (que ha diseñado el jardín que se abrirá a la calle Zapatería) y otros miembros del equipo técnico, para entregar el proyecto promovido por el grupo peruano Scipion Real Estate, que acaba de iniciar una andadura administrativa que tiene como meta conseguir la licencia de obras.

La metamorfosis a la que será sometida el inmueble, cuyos detalles fueron adelantados por HOY el pasado lunes, dará una nueva vida (de cinco estrellas) a la construcción, que incorporará otros dos edificios anexos. Será el sexto capítulo en la historia de un palacio que está considerado uno de los más bellos e imponentes de todos los que se conservan en el casco viejo cacereño.

Godoy ha sido, además, casino, residencia femenina, el lugar donde las mujeres de la provincia con menos recursos venían a dar a luz –de ahí su denominación como Casa de la Madre–, dependencias administrativas de la Junta de Extremadura y, principalmente, hogar de los descendientes de Francisco de Godoy, el cacereño más acaudalado del siglo XVI. Fue él quien mandó construir el palacio, aunque murió sin verlo concluido, ya que las obras se prolongaron durante 85 largos años.

Todos los detalles de la vida y obra de este personaje los cuenta con mimo Ricardo Hurtado de San Antonio en el libro 'Francisco de Godoy. Un conquistador cacereño con fortuna', publicado en el año 2007.

Godoy se marchó a América con 23 años, en 1528, y volvió millonario 15 años después, tras ser la máxima autoridad en Perú con Francisco Pizarro. Se casó con Leonor de Ulloa en la parroquia de San Mateo en 1546, cuando ella tenía 26 años (12 menos que él) y tres años más tarde, en 1549, arrancaron las obras de su palacio. «Ambos linajes aportaron una cuantiosa dote, convirtiéndose en los esposos más ricos de Cáceres, y Francisco de Godoy vio aumentada su posición social al emparentar con una de las familias más influyentes de la nobleza cacereña», escribe Hurtado de San Antonio.

En realidad, el palacio se edificó a partir de la casa heredada en la que la familia vivía. Godoy quiso hacerse una mansión y empezó a comprar los terrenos y casas colindantes. Algo parecido, salvando las distancias, a lo que han hecho cinco siglos después los promotores del hotel.

Pero la salud no acompañó a la pareja. Leonor murió en 1557, con 42 años, después de tener ocho hijos. El viudo falleció en 1564, cumplidos los 59. Las obras del palacio concluyeron en 1634, cuando su promotor llevaba siete décadas sepultado.

Los últimos herederos de Godoy, los marqueses de Camarena, decidieron vender a finales del siglo XIX el inmueble al Círculo de la Concordia para su casino. Aquí, en la Plaza de Santiago, se celebró en 1862 la primera asamblea del Círculo, convertido hoy en día en el club La Colina. 77 años después, tras la Guerra Civil, se acordó cederlo en uso a la institución franquista Auxilio Social, que lo transformó en Casa de la Madre, un lugar que estuvo operativo hasta 1973. Se calcula que en sus tres décadas de existencia nacieron 24.000 bebés. Más tarde, funcionó como residencia o colegio menor femenino de niñas de Las Hurdes, vinculado al Instituto de Asistencia Social.

Este colegio pasó a depender más tarde de la Junta de Extremadura, que compró el inmueble al Círculo por 87 millones de pesetas. Trasladó la residencia femenina e instaló aquí oficinas, hasta que en el curso 2011/ 2012 echó el cierre al palacio.