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Todas las miradas estaban puestas en él. El actor Máximo Leal entró en escena a las 20.32 horas de este jueves en la Plaza Mayor de Cáceres para encarnar a Jesús de Nazaret, protagonista absoluto de la Pasión Viviente, montaje que desde 2018 ... sirve de preámbulo a la Semana Santa cacereña. Lo hizo tras los primeros toques de tambor interpretados por la banda de cornetas y tambores de la cofradía del Cristo del Humilladero, encargada de poner banda sonora al montaje.
Un nutrido grupo de figurantes se encargó de dar la bienvenida a Jesús en las inmediaciones del Arco de la Estrella, agitando las palmas que llevaban en las manos y al grito de «Viene el mesías». Más tarde, subieron las escalinatas y se adentraron en el recinto monumental, donde continuó el espectáculo, de tres horas de duración.
La acción en la Plaza Mayor se prolongó durante diez intensos minutos. A la escena de la entrada de Jesús en Jerusalén le siguió la irrupción de las legiones romanas desde la calle General Ezponda.
En esta ocasión, la propuesta ha contado con 25 escenas, una más que el año pasado. Una de las novedades de esta edición, la quinta (en 2020 y 2021 no hubo representación por la pandemia) es que ha sido la más inclusiva.
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Jorge Rey/Armando Méndez
Jorge Rey/Armando Méndez
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Entre los figurantes que este año se han metido en el papel del pueblo había miembros de la asociación Down Cáceres. La organización, la asociación Pasión Viviente, ha querido así hacer una edición inclusiva al coincidir la representación con el día mundial del síndrome de down.
Con Marcos Yépez a la dirección, la Pasión Viviente ha puesto en escena a un equipo formado por 250 personas. A los actores principales (Luis Prieto en el papel de Poncio Pilatos, Teyo Rodríguez en el de Caifás, Yonathan González en el de Herodes y André Nascimiento en el de Judas) se han sumado colectivos como el coro Isaac Albéniz, formado por padres de alumnos del Conservatorio Oficial de Música Hermanos Berzosa; alumnos del colegio San Antonio de Padua; cofrades de diferentes hermandades de la ciudad y las vistosas legiones romanas de las asociaciones Ara Concordiae y Emérita Antiqua de Mérida.
A diferencia de la edición de 2023, este año la Pasión ha transcurrido en su integridad de noche. Esto se debe a que en esta ocasión la Semana Santa comienza antes. La Pasión Viviente del año pasado fue un 30 de marzo, con el cambio de hora de verano ya en vigor, por lo que las primeras escenas se desarrollaron con luz natural. En esta ocasión, los monumentos estaban ya iluminados y la luna brillaba en el cielo de Cáceres cuando el montaje ha arrancado.
Si por algo se caracteriza esta Pasión es por la participación social. Ha sido la quinta vez que Esperanza Díaz, directora del Archivo Histórico Provincial, se ha metido en la piel de la Virgen María. Comparte tres escenas con el protagonista. «La evolución que he visto en estas cinco ediciones es que cada vez participa más gente, más colectivos diferentes. El primer año fue una expectación porque era la primera vez que se realizaba. Pero ahora atrae a mucha gente», comentaba antes del inicio de la función.
La Pasión Viviente de Cáceres, que abarrota las plazuelas y callejuelas de su casco histórico, se ha concebido para anticipar la Semana Santa cacereña, de interés turístico internacional, y dar un motivo a los turistas para adelantar su viaje. Está basada en un texto original de César García.
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