Siete colinas

Cáceres comparte con Roma (más o menos) el estar situada sobre siete colinas, a saber: La Sierrilla, el Paseo Alto, el Cerro de la Butrera, la Sierra de la Mosca, Peña Redonda, Peña del Cura y Peña Aguda. Junto al promontorio donde está San Mateo, el punto más alto de la ciudad monumental, se dibuja el perfil urbano de Cáceres. Hay algunas reservas en el este y oeste. Todo el este se encuentra demarcado por la ribera donde en molinos, lagares, lavaderos de lanas y huertas ha estado gran parte de la vida ciudadana y en el este la gran masa verde del Parque del Príncipe surcado por el Arroyo de las Aguas Vivas. Precisamente el oeste se ha solucionado bien, permitiendo, con la Ronda Norte, la permeabilidad ciudadana. Con esta vía se unen el sur, el oeste , el norte y el oeste, formando un abrazo monumental. Al trazarse esta vía bordeando el Parque del Príncipe se han abierto nuevos caminos hacia el oeste y el norte cuando ya hay urbanizaciones en esa zona y además muchas posibilidades.

Pero el este sigue sin solución, además lleva camino de convertirse en problema histórico. El trazado de la Vía Este abre numerosas posibilidades que habrá que observar con detenimiento. Pero lo que fue la vida del Cáceres de otros tiempos debe sobrevivir. Modernizada, libre de construcciones obsoletas o espúreas; libre de intentos de enriquecimientos rápidos.

Debe seguir sirviendo, como siempre, en aquellas parcelas que sus dueños explotan con sabiduría y cariño, debe servir a la ciudad para mantener viva su historia y enseñar a los más jóvenes y sobre todo que la población en general vea la Ribera como algo suyo, donde haya zonas de paseo. Donde haya zonas en que se enseñe lo que se hace y para qué sirve.