Redacción
Cáceres
Jueves, 11 de agosto 2022
La Legionella es la bacteria que causa la legionelosis, también llamada 'enfermedad del legionario'. Se trata de una pulmonía grave. La mayoría de personas contraen la enfermedad al inhalar la bacteria del agua o del suelo. Las personas de mayor riesgo son los ancianos, fumadores y aquellas cuyo sistema inmunitario estén debilitados.
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Según Mayo Clinic, la enfermedad se presenta entre dos y diez días después de la exposición a la bacteria. Una cuestión muy importante es que tener la bacteria no implica tener la enfermedad. El tratamiento con antibióticos generalmente cura la enfermedad de los legionarios, sin embargo, algunas personas continúan teniendo problemas incluso después del tratamiento.
Los primeros síntomas son dolor de cabeza, dolores musculares y fiebres anormalmente altas de unos 40 grados o más. En el segundo o tercer día pueden aparecer otros síntomas como tos mucosa (en ocasiones con sangre), falta de aliento, dolor en el pecho, síntomas de gastroenteritis (nauseas, vómitos y diarrea) y confusión y cambios mentales.
Una forma leve de esta enfermedad es la fiebre denominada Pontiac, que provoca, además de fiebre, escalofríos, dolor de cabeza y dolores musculares. Se diferencia en que no infecta a los pulmones y los síntomas desaparecen en un lapso de dos a cinco días.
Se debe consultar al médico si se cree haber estado expuesto a la bacteria. Diagnosticar y tratar la enfermedad tan pronto como sea posible puede ayudar a acortar el periodo de recuperación y prevenir complicaciones más graves futuras.
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La mayoría de personas se infectan cuando inhalan gotitas microscópicas del agua con presencia de la bacteria. Los brotes se suelen relacionar con lugares como bañeras de hidromasaje, torres de refrigeración de sistemas de aire acondicionado, tanques de agua caliente, fuentes decorativas, piscinas o piscinas de parto.
Entre algunas de las complicaciones de la legionelosis que pueden poner en peligro la vida se encuentran insuficiencia respiratoria, shock séptico (caída repentina de la presión arterial) o insuficiencia renal aguda.
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Si la enfermedad no se trata a tiempo podría ser mortal. Para prevenir los brotes se requiere de sistemas de gestión del agua en los edificios que garantice que esta sea controlada periódicamente. La bacteria del género Legionella sobrevive en el suelo y agua, pero rara vez causa infecciones. Sin embargo, puede multiplicarse en los sistemas de agua fabricados por el ser humano como en los aparatos de aire acondicionado.
La enfermedad puede contraerse sobre todo a través de las tuberías de casa ya que gran parte de los brotes han ocurrido en edificios grandes. Quizá porque los sistemas complejos permiten que las bacterias crezcan y se propaguen con mayor facilidad.
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