¿Radio-Taxi Cáceres, dígame? Una voz latina se escucha al otro lado cuando uno marca el 927 21 21 21, uno de los teléfonos habilitados para pedir un servicio de taxi en la ciudad. Al otro lado un voluntarioso teleoperador pide detalles sobre ... la ubicación a la que debe mandar el vehículo. Constata que el edificio en el que se tiene que recoger a una persona es exactamente ese y repite el nombre de la calle.
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No es casualidad que los trabajadores del servicio tengan invariablemente acento de Latinoamérica. Cuando uno pide un taxi en Cáceres paga por una llamada local, pero ese teléfono se descuelga a 8.000 kilómetros de distancia, en Bogotá. Allí están las 15 personas que atienden durante 24 horas, en turnos rotativos, el servicio de Cáceres. Otra latitud, seis horas de diferencia.
El presidente provincial de Radio Taxi, Vicente Mendoza, explica que hace entre ocho y diez años dejaron de dar ese servicio con centralita propia y operadores en la ciudad, porque no podían cubrir toda la demanda. «Los costes se nos iban, y es algo que asumimos nosotros de nuestros propios bolsillos». Antes, en la prehistoria del servicio de Radio Taxi, hace 30 años, había un teléfono en la propia parada que respondían y gestionaban los taxistas. Después de esto utilizaron el sistema de emisora, momento tras el que pasaron a tener una centralita propia.
Durante un tiempo recurrieron a plataformas que estaban en Mieres, Oviedo y Barcelona, pero «había un volumen excesivo». Hace tres años se unieron a 'Talking to me', un servicio con el que, indica Mendoza, pueden abarcar de forma rentable todas las necesidades. Según indica esta empresa la dirige un español y «hay varias ciudades, cuatro o cinco» que están adheridas a este servicio, como Ciudad Real o Móstoles. Trabajan también con el GPS Auriga, una plataforma nacional de control de flotas que da servicio a un total de 10.000 taxis repartidos por todo el país.
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Buen servicio
Indica que están satisfechos con el servicio que brindan los teleoperadores colombianos y que el hecho de que estén a tanta distancia no es un obstáculo. «Nos valemos de la informática, tenemos una lista de puntos de interés y son siempre las mismas personas las que atienden el servicio», señala. «Suena sitio muy lejano, puede parecer raro, pero funciona». También se van actualizando todos los puntos en los que va habiendo novedades, como los accesos o la nueva nomenclatura de los hospitales (el San Pedro forma parte del Complejo Universitario, lo cual puede generar confusión). El objetivo es «no fallar y que el cliente quede siempre contento». Según los datos de los que dispone un taxi tarda en llegar entre tres y cinco minutos, y la llamada se establece entre 15 y 30 segundos.
Aunque no precisa cuánto les cuesta este servicio señala que al final, entre las distintas tecnologías y equipos adoptadas llevan invertidos 250.000 euros entre los dueños de las 75 licencias que operan en la ciudad.
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«No podemos quedarnos parados, ahora hemos puesto en dos de nuestros hoteles principales (V Centenario y Extremadura) unas botoneras, algo parecido al datáfono en el que el operador del hotel le da a la pantalla y le sale un servicio, va directamente a la central y no tiene que llamarnos». También existe una aplicación por la que se puede solicitar un taxi sin necesidad de hacer una llamada.
Vicente Mendoza señala que el objetivo es estar «muy preparados para cuando llegue la competencia, si es que llega». Se refiere a servicios como Uber o Cabify, que todavía no tienen presencia en la ciudad. «Estamos todos juntos, estamos en la misma asociación, que ya es un logro, pero tenemos que seguir creciendo para que el que venga diga: «cuidado con lo que hay aquí montado, eso es a base de ser profesionales».
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En los últimos tiempos han ido incorporando nuevos servicios para dar facilidades a los usuarios. En los momentos de mucha afluencia de viajeros utilizan la figura del coordinador, que trata de organizar al público para que haya orden en las filas y no se produzcan problemas en momentos álgidos como en la feria, acontecimientos deportivos relevantes o conciertos. También, en tiempos de pandemia o incluso ahora, con la normativa vigente, se ocupan de controlar que las personas accedan a los vehículos con mascarilla.
Aunque la flota de Cáceres cuenta con 75 licencias la mayor parte de los vehículos los conducen no solo los dueños de estos vehículos sino conductores contratados, en muchos casos familiares. Se trata de un empleo refugio, para el que no se necesita una formación específica aunque sí someterse al examen que convoca el Ayuntamiento.
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