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La terraza de Al Andalus, una de las más populares de Moctezuma, abrió este sábado tras dos meses cerrada. L. C.
Terrazas cerradas o aún a medio gas en Cáceres

Terrazas cerradas o aún a medio gas en Cáceres

Hosteleros cacereños preparan un sello de calidad para que cale el mensaje: 'Negocio libre de Covid-19'

MANUEL M. NÚÑEZ

CÁCERES

Sábado, 16 de mayo 2020, 16:52

En Cáceres lo que se ha dado en llamar 'nueva normalidad' está muy lejos de lo que era el día a día en la ciudad antes de la crisis. Se puede comprobar hoy en las terrazas de los negocios de hostelería. La mayoría de ellas siguen cerradas pese a que tienen ya legalmente la posibilidad de abrir a mitad de su aforo. Entre la plaza de Colón y Antonio Hurtado, dos de los puntos referentes de la ciudad, apenas se veían bares abiertos. Don Pancho, en la intersección con Avenida Virgen de la Montaña, es uno de los que más movimiento está demostrando, aunque esta mañana no estaba a tope. La Marina, La Giraldilla, La Paloma... todos de la misma zona siguen con la persiana echada.

«Para un empresario es complicado arriesgarlo todo a la terraza cuando esta ni siquiera puede abrir completa y tienes a los trabajadores en un ERTE», explicaba a HOY el conocido hostelero de San Juan Francisco Palacios, propietario de Cafetería Centro. También participa junto a Juan Palacios en Montebola, que espera abrir a partir del día 25. Precisamente en San Juan impregnaba esta mediodía una imagen de quietud y soledad muy lejana de lo que puede ser esa 'normalidad'. Negocios cerrados, también en la Plaza Mayor. Apenas se veían no ya turistas sino paseantes. Uno que sí tenía la terraza y con buen ambiente y movimiento de personas era La Fusa, en San Antón.

Otro barrio muy dado al tapeo es Nuevo Cáceres. Baco, Zalacaín o Venga Enseguía no estaban operativos. Tampoco el restaurante Pasadena. Más de una decena de mesas con clientes deseosos de recuperar el día a día y saborear algo fresco se veían en algunos bares de El Rodeo. También han abierto las primeras terrazas en el Perú. Allí, frente a las Josefinas, está el Bar Juan XXIII. El Rincón de Europa mantiene sus pedidos a domicilio.

«Hay pocos en marcha pero los que están abiertos tienen bastante trajín. Ya tenemos ganas de salir», comenta José María, un cacereño que ha vivido el confinamiento con resignación y que no ha dudado en echarse a la calle con su pareja aprovechando que esta mañana no llovía. Una de las excepciones es Al Andalus, en la barriada de Moctezuma. El negocio lo regentan Iovani Izquierdo y su pareja desde hace cuatro años. Ha permanecido cerrado desde el 14 de marzo. Hoy ha vuelto a abrir y ha tenido 13 mesas a pleno rendimiento. «Está yendo todo perfecto. Sin agobios, con la gente muy colaboradora y un comportamiento cívico», reseña Iovani.

Por contra, un paseo por la ciudad monumental y su entorno hace difícil encontrar un velador. Tampoco funcionan el Quiosco de la Música ni Bontá Gastronomía. Este último según su responsable, José Mostazo, abrirá el jueves. «Parece que habrá buena temperatura y queremos abrir ya», apunta. Mostazo ha creado un sello distintivo que hace alusión a un 'local limpio y seguro', libre de Covid-19, garantiza. La idea que se plantea es que ese sello de calidad se aplique en los 320 negocios de la asociación de hosteleros. «Queremos transmitir seguridad y que los clientes sepan que nos preocupamos por su salud», refrenda. Pegatinas y carteles aluden a lavarse las manos con frecuencia, evitar el contacto físico y mantener distancias de seguridad.

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