Apenas dos meses ha durado impecable la 'nueva' fachada del edificio situado en la esquina de la calle Moret (número 36) con Pintores de Cáceres, que tras años de requerimientos por parte del Ayuntamiento por su mal estado fue restaurada el pasado mes de ... junio por sus actuales propietarios.
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Este pasado fin de semana ha aparecido en el edificio una gran pintada, realizada en color morado, en la que se puede leer el siguiente mensaje: «La policía es mongola». De esta manera, el inmueble pasa a sumarse al gran número de construcciones castigadas por los grafitis, un mal que sacude al casco viejo cacereño.
Se da la circunstancia además de que el edificio está sumido en su tercera subasta pública. Tras dos intentos fallidos, se ha vuelto a sacar al mercado por vía judicial con una diferencia sustancial. Esta vez no se exige una puja mínima. El proceso, que se puede seguir a través del portal de subastas del Boletín Oficial del Estado (BOE), arrancó el pasado 30 de julio y finaliza el próximo lunes, día 19 de agosto a las 18.00 horas. Por ahora no se ha presentado ninguna puja. Se espera que las ofertas lleguen a última hora. Los interesados deben presentar un depósito de 7.725 euros para poder presentar sus ofertas.
El inmueble, situado en un enclave privilegiado y conocido por albergar durante años los famosos almacenes de Gabino Díez, llegó a acumular una gran decadencia y sufrió desprendimientos, que motivaron acordonamiento por motivos de seguridad.
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La pintura devolvió a las molduras que decoran su fachada el esplendor que tuvieron durante sus mejores años. Los viejos canalones fueron sustituidos por otros nuevos para acabar con los problemas de humedad que castigaban al inmueble.
Los trabajos de recuperación, centrados en la fachada, arrancaron en concreto el 27 de mayo. Las primeras labores se focalizaron en eliminar las placas de la parte baja de la construcción. Algunas de ellas fueron las que se desprendieron a comienzos de 2023, momento a partir del cual la Policía valló el inmueble por temor a nuevos desprendimientos. Con esta intervención desaparecieron además los numerosos grafitis que afeaban la construcción. Hasta ahora.
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El arreglo ha estado promovido por los propietarios del edificio, que data de 1910. Fue reformado en 1965 y cuenta con una superficie construida de 806 metros cuadrados en una parcela de 294.
La dejadez que arrastró el inmueble con el paso del tiempo motivó la intervención del departamento de Disciplina Urbanística del Ayuntamiento de Cáceres, que dio varios avisos a los dueños para que lo repararan. Su acordonamiento impidió que el local de hostelería anexo (Lizarrán) pudiera sacar su terraza a la calle, un hecho que hizo menguar considerablemente los ingresos de esta establecimiento, que al final optó por dejar la zona e instalarse en la calle Obispo Ciriaco Benavente.
El pasado verano el Consistorio, con el Partido Popular recién llegado al Gobierno municipal, anunció que actuaría de manera subsidiaria para su reparación. Es decir, que intervendría con sus propios medios y después pasaría la factura a los dueños. Finalmente, no fue necesario.
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Su salida a subasta supone el último paso de un proceso judicial denominado división de la cosa común. Se trata de una fórmula prevista por la ley a la que se recurre cuando un bien es indivisible y no existe acuerdo sobre cómo repartirlo entre todos los propietarios.
Según publicó este diario, hasta llegar a este punto, el edificio estuvo durante mucho tiempo a la venta, pero nadie se hizo con la construcción. El precio de salida que pusieron los propietarios en un principio fue de tres millones de euros. La falta de acuerdo entre sus numerosos titulares fue el motivo por el que la construcción acabó presentando su estado de deterioro. En la anterior subasta, celebrada el pasado mes de febrero, la puja mínima exigida era de 309.000 euros.
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Hace tiempo que la ciudad está golpeada por las pintadas. Tanto en el casco viejo como en otros puntos de la ciudad. Desde el Consorcio Cáceres Ciudad Histórica se han puesto en marcha varias operaciones de limpieza y, además, se han llevado a cabo charlas informativas en colegios e institutos con carácter preventivo.
El Ayuntamiento ha reservado una partida de 120.000 euros con cargo al remanente de tesorería de 2023 para actuar precisamente contra las pintadas. Está previsto intervenir en el centro de la ciudad, en la zona protegida por el Plan Especial y en espacios degradados del resto de la capital, como el puente que une la avenida de la Hispanidad con la de Cervantes.
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