Hoy finaliza el periodo de exposición pública y de presentación de alegaciones a la nueva ordenanza municipal de acceso de vehículos al centro histórico de Cáceres mediante control de cámaras que contempla, entre otras medidas, la inclusión de 23 nueva calles en la zona restringida a la circulación.
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La asociación vecinal Ciudad Monumental ha presentado un escrito solicitando que se flexibilice la aplicación de la normativa en el apartado de las zonas permitidas para estacionar hasta que las alternativas brindadas a los residentes en forma de aparcamientos disuasorios «en distancias razonables» sean una realidad, según avanza Juan Manuel Honrado, representante del colectivo vecinal.
Hay que recordar que la aplicación de esta nueva ordenanza contempla reducir el número actual de coches que hay estacionados en el recinto intramuros y su zona de influencia. Según los cálculos de los propios vecinos, se perderá el 70 por ciento de los estacionamientos actuales.
«No puede ser que los habitantes que han ayudado a mantener durante mucho tiempo viviendas en pie en unos casos y a recuperar muchas de las viviendas abandonadas sean invitados a huir de sus casas con la excusa que estropean una foto», se zanja desde la asociación vecinal.
Hay que recordar que esta ordenanza ha recorrido ya gran parte de su camino administrativo y está a punto de entrar en vigor. Fue aprobada en pleno el pasado 16 de junio.
La aplicación de esta nueva normativa contempla la colocación de una nueva cámara al inicio de la calle San Antón y otra en la calle San Ildefonso, en su acceso desde San Francisco, para controlar los coches que suben por esta angosta vía hasta la plaza de Santa Clara, una de las entradas al casco viejo.
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Son conocidas las quejas de los vecinos por el paso de camiones o furgonetas que han provocado no solo molestias a los residentes sino también destrozos en fachadas o elementos del patrimonio en esa parte de la ciudad.
En cuanto al horario de carga y descarga, a partir de ahora será de lunes a viernes, de 7.30 a 11.00 horas, y los sábados de 7.30 a 9.00 horas. En la exposición de motivos del borrador de la ordenanza se resaltaba que es un área que no fue concebida para el transito de vehículos de motor, por lo que las consecuencias de la circulación llevan a «una importante degradación del pavimento, daños en fachadas y balcones, deterioros en instalaciones colocadas en muros, como pueden ser bajantes de pluviales, conductos de electricidad, telefonía y canalizaciones de gas (estas con la consiguiente alarma vecinal) –se incide– y, por supuesto, la continua sensación de inseguridad vial para los peatones».
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