¿Qué ha pasado hoy, 13 de febrero, en Extremadura?
La protección se incrementa en el sector II de la urbanización La Sierrilla. ARMANDO MÉNDEZ

Vecinos de la Sierrilla, en Cáceres, refuerzan la seguridad tras varios robos en dos meses

Los residentes instalan cámaras de vigilancia mientras piden a la policía incrementar su presencia para evitar nuevos asaltos

Cristina Núñez

Cáceres

Lunes, 23 de diciembre 2024, 07:21

«Esto hace tiempo que ha dejado de ser un pueblo en el que podíamos salir y dejar la puerta abierta, hemos perdido la confianza». ... Habla el presidente de la comunidad de vecinos del sector II de la Urbanización La Sierrilla, Francisco Bermejo, que reúne un total de 150 viviendas unifamiliares que en los dos últimos dos meses han sufrido tres robos, una tendencia que ha ido incrementándose progresivamente en los últimos años y que ha obligado a los residentes de esta zona a tomar medidas de auto protección en sus domicilios.

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«El tema de los robos venimos sufriéndolo hace ya tiempo, lo que pasa es que en el último mes y algo hemos detectado que hay personas que se mueven por la urbanización y han entrado ya en varios chalés, en los que dan en al campo, tanto por arriba como por abajo, en la parte alta del colegio San Antonio», detalla a este periódico. Consultada la Policía Nacional, esta confirma que hay denuncia de los dos últimos asaltos en esta barriada.

«Yo llevo 25 años viviendo aquí, y no tiene nada que ver cuando empecé a lo que sucede ahora, ahora es una urbanización mucho más reservada, recelosa de la gente que va por allí y sospechosa de cualquier cosa que no conocemos». El recelo ha cundido entre los vecinos de esta urbanización, que señalan, a través de su portavoz, que la tranquilidad que regía en esta zona a medio camino entre el campo y la ciudad se ha extinguido. En contra de lo que se pudiera pensar, los robos no se producen en las horas de oscuridad ni cuando hay menos gente. «Entran a cualquier hora del día, no solo por la noche».

El asalto a estas casas se salda con daños de todo tipo, además de las sustracciones. «Hacen destrozos y suelen llevarse joyas e electrodomésticos importantes, pero sobre todo lo que buscan son joyas y dinero», explica este líder vecinal. Más allá de lo que sustraiga lo que preocupa es ser consciente de que alguien ha allanado un hogar, con el peligro que puede entrañar. En ningún caso las personas que han sufrido los robos se han encontrado a los autores en el interior de sus domicilios ni ha habido que lamentar daños personales.

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Pese a ello el miedo se instala en los vecinos porque ven los daños muy de cerca y con demasiada frecuencia. Francisco Bermejo vio como hace unos años se produjo un asalto en el domicilio de su vecino de al lado, al que «le robaron y le destrozaron la casa». Los ladrones acuden llamados por la idea de que se trata de una zona acomodada en la que van a hallar botines sustanciosos.

Francisco Bermejo es el presidente de la comunidad de vecinos. ARMANDO MÉNDEZ

Ante esta situación se recurre a la seguridad. «Tengo cámaras que he puesto yo, se ha hablado de poner cámaras en la urbanización pero hay que ponerse de acuerdo y es complicado para determinar donde graban o donde no graban y lo que se ha aconsejado es que cada vecino ponga su propia cámara en su chalet, para vigilar un poco el entorno, porque la policía puede hacer uso de ello para interpretar lo que circula por la calle».

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Bermejo pide también especial atención por parte de la policía para que el barrio esté controlado y seguro. «Sabemos que dan vueltas por allí pero no todo lo necesario». En el anexo sector I de La Sierrilla también son muy habituales los robos, que mantienen alerta a los residentes en la zona.

Otros robos

Otros barrios de la ciudad también han sufrido robos recientemente, como la zona de Cabezarrubia. La floristería Becedas, situada en la esquina de las calles Virgen de Guadalupe con la avenida de París, sufrió el pasado mes de noviembre, también a plena luz del día, el robo de unos 700 euros de la caja registradora. Tal y como explicó la empresa los hechos tuvieron lugar cuando un hombre entró a la floristería e intentó sacar del establecimiento al empleado. No lo consiguió y llegó un segundo que logró, a través de engaños, que el empleado saliera a la puerta para mostrarle el género. Fue un tercero, que ocultaba su identidad tapándose la cara, el que se acercó hasta la caja y sustrajo el dinero en metálico, tras lo que los tres salieron corriendo. Tras este delito este negocio vivió una oleada de solidaridad por parte de los cacereños, que compraron flores para intentar paliar las pérdidas.

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«Tenemos mucha demanda de protección en ese barrio»

«Sí estamos notando más demanda de seguridad por parte de la Sierrilla II, les están atacando mucho». Arantxa Barrios, responsable de la empres seguridad Barrios, sí percibe que el miedo a los robos se traduce en el intento por parte de los vecinos de buscar protección y de mejorarla. Lo habitual son alarmas conectadas a centrales receptoras y circuitos cerrados de televisión que se pueden controlar desde el móvil. La inversión es muy variada, «cada casa es un mundo».

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