![Momento en el que un padre presenta a su bebé a la patrona de Cáceres y recibe la bendición de manos del deán de la Concatedral de Santa María.](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/05/01/NINOSarmando-RYnnBYwErVzSNWyMQ9cZNkN-758x531@Hoy.jpg)
![Momento en el que un padre presenta a su bebé a la patrona de Cáceres y recibe la bendición de manos del deán de la Concatedral de Santa María.](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/05/01/NINOSarmando-RYnnBYwErVzSNWyMQ9cZNkN-758x531@Hoy.jpg)
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Vega Pérez, de cinco meses, se convirtió este miércoles en la primera cacereña que subió en brazos de su madre al altar de la Concatedral de Santa María para conocer a la Virgen de la Montaña. El acto de presentación de los niños nacidos ... durante el último año ante la patrona de Cáceres reunió a 173 menores, según la cifra facilitada por la cofradía de la Virgen. La participación ha sido más elevada que hace un año, cuando la convocatoria congregó a 137 bebés.
«Es mi primera hija. Y vengo con ella por devoción y por tradición. A mi también me trajeron cuando era pequeña», aseguraba Mónica Jardín, la madre de la pequeña Vega.
Pocos minutos después fue el turno de Lucas Acha, de mes y medio. «Ha estado malito en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos). Nació y tuvo complicaciones. Ya está tirando para adelante. Estamos esperando los resultados de las últimas pruebas, pero está bien. Cuando todo ocurrió rezamos mucho. Y prometimos a la Virgen que vendríamos a verla cuando él se recuperase. Así que aquí estamos», comentaba una feliz madre, llamada María González.
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De todos los niños que ayer pasaron por Santa María el más pequeño fue Ángel Jiménez, de apenas 17 días. «Soy creyente. La Virgen es nuestra patrona y quería que me lo bendijera», aseguraba Verónica Picazo, la mamá. «A mí y a mi hermano nos pasaron bajo el manto de la Virgen cuando nacimos», agregaba.
La presentación de este miércoles regaló una instantánea que no es muy habitual. Sucedió casi al final del acto. Aroa Domínguez, embarazada, quiso pedirle a la Virgen que vaya todo bien en el parto. Sale de cuentas dentro de dos semanas. Espera una niña, aunque el nombre no lo decidirá hasta que no le vea la cara. «Me queda ya muy poquito. El año que viene volveré con mi bebé», prometía.
El acto comenzó a las cuatro y media de la tarde con la impartición de la bendición generalizada entre los recién nacidos y finalizó pasadas las cinco y cuarto de la tarde. Las últimas parejas en llegar a la Concatedral se vieron sorprendidas por la intensa y fugaz granizada que a esa hora cayó ayer sobre la ciudad.
A diferencia de lo ocurrido el año pasado, esta vez no estuvo el obispo, Jesús Pulido, que no pudo asistir al acto porque tenía otros compromisos. En su lugar, estuvieron sobre el altar el deán de la Concatedral, Ángel David Martín, y Francisco Javier Romero, delegado episcopal para el año jubilar concedido a la Virgen de la Montaña con motivo del centenario de su coronación canónica
A ellos se sumó, como máximo representante de la cofradía, el mayordomo, Joaquín Floriano, un auténtico entusiasta de este acto. «Me emociono mucho cuando veo a las abuelas y a las madres llorar. Me llama la atención que se sigan las tradiciones, que las madres sigan presentando a los niños. Es algo que los cacereños tenemos muy asumido. Después, seremos o no creyentes y cada uno elegirá el camino que quiera. Pero el hecho de que las abuelas y las madres sigan presentando a los niños ante la Virgen es destacable porque es seguir una tradición que no sabemos desde cuándo viene pero que a los cacereños nos gusta mucho», resumía Floriano.
Aunque la cifra de asistentes ha subido con respecto al año anterior, lo cierto es que si el dato se analiza con algo más de perspectiva se aprecia un descenso considerable. En 2009 se presentaron 500 niños. En 2015 hubo 392 participantes. En 2016 fueron 264. Y en 2019, el año previo a la pandemia, la convocatoria reunió a 170 menores.
Por otro lado, el grupo de folclore El Redoble, que el martes por la noche protagonizó una misa extremeña en Santa María y ha sido reconocido recientemente como hermano de honor de la patrona, regalará a la Virgen de la Montaña un manto «inspirado en la indumentaria popular tradicional de Cáceres», según adelantó ayer a este diario Raúl Merino, presidente del colectivo.
La prenda, describe Merino, todavía está en plena confección. Se está elaborando con las técnicas tradicionales. «Ya se han hecho algunas pruebas», señala. La idea es que la patrona de Cáceres lo luzca durante los actos del centenario que se celebrarán tras el verano. A este nuevo manto se sumará además la prenda encargada por la cofradía con motivo del centenario y para la que ha lanzado una campaña de captación de donativos.
A la estampa que tradicionalmente reparte la cofradía de la Virgen de la Montaña durante el besamanto, que se celebra durante la jornada de mañana y la del sábado, este año se sumará una pulsera de tela conmemorativa del centenario de la coronación canónica de la imagen. La hermandad ha encargado 40.000 estampas, que llevan en el reverso una oración de Bernardito Auza, nuncio del Papa, y 50.000 pulseras. Este año se recupera el gesto de besar el manto, tras las restricciones de los últimos años por la pandemia.
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