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No han faltado ni los vítores de los cacereños ni las lluvias de pétalos de flores

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No han faltado ni los vítores de los cacereños ni las lluvias de pétalos de flores LORENZO CORDERO

Calurosa despedida a la Virgen de la Montaña de Cáceres

La Virgen de la Montaña regresa a su santuario arropada por los vítores de los cacereños mientras la cofradía piensa ya en el novenario de 2020, que dedicará a Caleros

MARÍA JOSÉ TORREJÓN

Domingo, 5 de mayo 2019

El sol y las altas temperaturas marcaron ayer la procesión de retorno de la Virgen de la Montaña a su santuario. Tras permanecer en la ciudad desde el 24 de abril, la patrona regresó a la Sierra de la Mosca arropada por los cacereños, que no escatimaron ni vítores ni pétalos de flores durante el recorrido.

Al filo de las doce del mediodía, con los acordes de El Redoble como banda sonora, la imagen dejaba atrás Fuente Concejo y emprendía, sobre los hombros de los hermanos de carga, un desfile a un ritmo mucho más ágil. «¡Viva la Virgen de la Montaña!, ¡Viva la patrona de Cáceres!, ¡Viva la cacereña bonita!», entonaban algunas voces enérgicas.

Atrás quedaban ya algunos de los momentos más destacados de la procesión de subida, que partió a las nueve de la mañana desde la Concatedral de Santa María. En esta ocasión, la Virgen lució el manto número 110, de raso azul, bordado y con flecos de oro. Fue un obsequio que hicieron a la patrona los hermanos de carga en el 2003. A diferencia de la procesión de bajada, en la que la imagen lleva siempre el mismo manto (el número 49, ofrecido por la ciudad en 1949), en el desfile de subida suele cambiar cada año la pieza elegida para este momento. Azul y rojo son los colores que más se repiten entre los mantos seleccionados para esta procesión.

«Cantar cada año a la Virgen es para mí un momento de mucha alegría»

Felisa Rodríguez | Cantante

«Cuando era pequeño vivía en San Roque y veía bajar a la Virgen»

Juan Cambero | Voluntario ARA

«Pertenezco a la cofradía de la Virgen de la Montaña desde que nací»

Antonio Bazo | Cofrade

«Me gusta captar lo que transmite la Virgen a la gente»

A. Palencia | Fotógrafo

Antes de retornar al santuario, en Fuente Concejo, se llevó a cabo uno de los rituales que acompaña cada primavera a la subida de la Virgen: la devolución del bastón de mando. Hay que recordar que cuando baja a la ciudad se le entrega el bastón y, desde ese momento, se convierte en regidora de la ciudad (de forma simbólica) durante el novenario. En la procesión de subida, ese bastón vuelve a manos del alcalde o alcaldesa de turno.

Muy emocionada, Elena Nevado recuperó ayer el bastón de mando. Es la última vez que lo hace como alcaldesa de Cáceres. Este año la responsabilidad de subirse a las andas de la patrona para retirarle el bastón ha recaído sobre Antonio Bazo, activo cofrade. «Para mí es un honor como cacereño. Soy hermano de la Virgen desde que nací», comentaba orgulloso Bazo, quien, además, es jefe del turno dos. Los hermanos de carga titulares de la patrona, 120 en total, se distribuyen en cuatro grupos, que se van relevando durante el recorrido.

Fuente Concejo es, sin duda, uno de los puntos más relevantes del desfile. Pero no el único. Destacan también Miralrío y la zona del Puente de San Francisco. A la altura del número 20 de Miralrío la familia Cortijo recrea cada año una tradición familiar: soltar palomas a la patrona. Para ello, instala un altar a las puertas de su casa, donde la imagen se para durante un instante.

Antes de llegar aquí, la procesión pasa por las inmediaciones del Puente de San Francisco. La confluencia de las calles Fuente Nueva, Damas y San Ildefonso es el lugar elegido por la cantante Felisa Rodríguez para dedicarle a la imagen una canción. «Lo hago desde hace 15 años o más. Para mí es un momento de mucha alegría», detallaba en los momentos previos a coger el micrófono.

Minutos antes, la expectación estaba en la calle Fuente Nueva. A las 10.45 horas, Alberto Gómez-Saucedo, vocal de gobierno de la cofradía, llamó a la puerta lateral del convento de clausura de Santa Clara, que da acceso al jardín de las monjas. Las religiosas sorprendieron a todos en el año 2013 cuando, por primera vez, salieron a cantar a pie de calle a la Virgen de la Montaña. El gesto se repitió año tras años, hasta que en 2018 se interrumpió. El año pasado falleció una de las religiosas y, como señal de duelo, el resto de monjas prefirieron guardar silencio. Ayer tampoco salieron. Juan Carlos Fernández Rincón, mayordomo de la cofradía de la Virgen de la Montaña, achacaba la ausencia de las monjas a la elevada edad de algunas de ellas. Les cuesta mucho llegar hasta el jardín, decía el mayordomo.

Alejandro Palencia, un administrativo aficionado a la fotografía, procura no perderse ningún detalle de las procesiones de Cáceres. Sus imágenes trascienden lo convencional. La subida de la Virgen de la Montaña no es una excepción. «Me gusta captar lo que transmite la Virgen a la gente. Hay mucha ternura», comentaba en la calle Fuente Nueva, cámara en mano.

Herida en un pie

La jornada se saldó con un incidente en la calle Miralrío. Los voluntarios de ARA tuvieron que socorrer a una mujer que fue atropellada por un vehículo cuando esta vía permanecía todavía cortada al tráfico con motivo de la procesión. Ocurrió pasadas las doce del mediodía, cuando un conductor se adentró con su coche en Miralrío y una de las ruedas del vehículo pasó por encima de uno de los pies de la herida, que fue trasladada al Hospital San Pedro de Alcántara en ambulancia.

Juan Cambero es uno de los voluntarios más veteranos de ARA. «Vivo esta procesión con fe y con mucha ilusión. Cuando era pequeño vivía en la calle San Roque y veía bajar a siempre a la Virgen», rememoraba ayer, de camino a Fuente Concejo.

Una vez en la explanada del santuario, se celebró la tradicional misa de romeros al aire libre. El templete acaba de ser pintado. Y, después, los hermanos de la cofradía disfrutaron de una jornada de campo y convivencia.

La actividad no para porque muy pronto la hermandad comenzará con los preparativos de 2020. El novenario del año que viene estará dedicado a la calle Caleros, ya que se conmemoran 50 años desde que esta castiza vía fue declarada hermana de honor de la cofradía. Por otro lado, está previsto que la reja realizada para la entrada del santuario se coloque durante este mes de mayo. Y, tras el verano, la cofradía planea abrir la colección de mantos de la patrona un fin de semana al mes.

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