![Los niños guiadores del grupo El Redoble esperaron a la patrona en San Marquino.](https://s3.ppllstatics.com/hoy/www/multimedia/2024/04/24/GUIADORASCC-RQja607cd3pDfnsYVgCWMTP-758x531@Hoy.jpg)
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Hay momentos que se recuerdan para siempre. La tarde de este miércoles será difícil de olvidar para Víctor Conejero. De pequeño, fue monaguillo en el Santuario de la Virgen de la Montaña. Después, se marchó a vivir a Madrid y no había vuelto a presenciar ... ninguna salida de la patrona. No pudo evitar las lágrimas de emoción.
«Hacía 50 años que no venía a la bajada. Lo estoy viviendo con mucha emoción. Hacía mucho tiempo que no veía a la Virgen tan cerca. Siempre que vengo a Cáceres a ver a mi familia subo también a ver a la Virgen. Pero no es igual. Llevaba mucho tiempo diciéndole a mi mujer que quería venir a la bajada. Y aquí estoy», narraba momentos antes del inicio de la procesión.
Tradición y devoción empujan cada año a los cacereños a salir al encuentro de la patrona de Cáceres y a visitarla a diario durante su estancia en la Concatedral. María José Laso es miembro de la cofradía de la Virgen de la Montaña desde hace 13 años. «La bajada de la Virgen para mí es devoción, fe, muchos recuerdos, mucha alegría, mucha ilusión y mucho esfuerzo», enumeraba, con un ramo de flores en las manos. «Durante el novenario, voy a ver a la Virgen todos los días. A veces, voy hasta dos veces», añadía.
Carla Ruiz Saponi participó en la procesión de bajada luciendo el refajo. Estudia segundo de Bachillerato y quiere cursar Arquitectura. «Nos hace mucha ilusión participar en la bajada. Es una tradición muy bonita», apuntaba junto a su amiga Candela Brías, estudiante del ciclo formativo de técnico superior de Marketing. «Cuando estamos de exámenes, subimos a verla y a pedirle que nos ayude», agregaban las amigas.
Catalina y María Morgado son cacereñas y forman parte del grupo de voluntarios que han participado en el taller promovido por la asociación vecinal Ciudad Monumental y el Ayuntamiento para decorar la calle Caleros. Este miércoles subieron hasta el Santuario con su pañuelo de mil colores al cuello. «Subimos todos los años. Es un día muy emocionante para nosotras. La Virgen es lo más», zanjaban.
La cofradía, como cada año, impuso, antes del inicio del desfile, las medallas como hermanos de carga veteranos a aquellos que cumplen 65 años y lsa de hermanos de carga activos a aquellos que abandonan el puesto de suplentes. Han pasado al grupo de veteranos Isidro Morales y Fidel Olivenza. Y han pasado a ser hermanos activos Jara García, Jerónimo Fernández, Alonso Redondo y Manuel Flores.
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