Emoción y lágrimas en un cementerio lleno para ver a la Virgen de la Montaña. La imagen de este domingo ha sido histórica en Cáceres. La patrona de la ciudad ha visitado el camposanto con motivo de la peregrinación que está haciendo en el marco de los actos del centenario de su coronación.
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A las 11.00 horas, ha partido en procesión hasta el cementerio desde la ermita de San Blas, donde ha permanecido durante este fin de semana. A su salida no han faltado los halagos y vítores. «Viva la Virgen de la Montaña, viva la cacereña bonita», se ha escuchado en varias ocasiones. Apenas 30 minutos después, ha llegado al camposanto cargada a hombros por los hermanos de la Cofradía. Para la ocasión ha lucido un manto rosa y bordados en color oro.
Ya allí, los cacereños le han recibido para acompañarla en el rezo de una oración por todos los difuntos en el patio central del cementerio. El encargado de oficiarlo ha sido el obispo de Coria-Cáceres, Jesús Pulido. «Vivimos como si no fuéramos a morir nunca y este lugar nos recuerda nuestro destino. A veces, con cierta duda, decimos que nadie ha vuelto y hoy visita el cementerio la Virgen de la Montaña, la única mujer de nuestra raza que ha resucitado anticipadamente. Ella ha venido a contarnos lo que hay después de la muerte y por eso se ha aparecido en Fátima, Lourdes, México y muchos otros lugares no registrados por las crónicas. Ella siempre viene para darnos esperanza, para decirnos que la vida no acaba aquí y continúa luego. Muchos de los que aquí descansan la han rezado y se han encomendado a ella durante su vida. Les ha abrigado en su camino como señal de esperanza y de consuelo, y en el momento de la muerte, han dirigido a ella la última mirada».
Esas fueron las palabras del obispo ante cientos de cacereños. Algunos de ellos no podían contener las lágrimas. «Hace siete meses mi madre falleció y es muy emocionante ver a la Virgen de la Montaña ahora en el cementerio. Murió con su estampita en las manos. Tenemos mucha devoción», contaba con un nudo en la garganta Toñi Martín, que justo antes de comenzar el acto religioso le entregaba a la patrona de la ciudad una rosa blanca.
Como ella, una multitud de cacereños han vivido este domingo como un día especial y han hecho sus ofrendas a la Virgen. «A primera hora de la mañana muchos le han comprado flores. Es un día inusual y han optado por algo simbólico. Se han decantado por la rosa», comentaba Montaña Cristiano, que regenta la floristería ubicada en la entrada del cementerio.
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Además, los cacereños han aprovechado para recordar a su seres queridos que descansan en el camposanto. De hecho, desde las diez de la mañana ya era complicado encontrar aparcamiento en los alrededores y los pasillos del cementerio se han llenado de visitantes.
Tras su paso por el cementerio, la patrona ha iniciado su trasladado en procesión hasta la parroquia de San Juan Macías, en La Mejostilla. Allí permanecerá hasta el próximo martes, 1 de octubre, para luego visitar el miércoles la residencia asistida de mayores 'El Cuartillo', el centro penitenciario y el convento de San Pablo. El jueves será el turno de la comandancia de la Guardia Civil, el Hospital Universitario y el convento de Santa Clara.
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El viernes visitará el Ayuntamiento, habrá un homenaje a la Virgen protagonizado por niños en la Plaza Mayor y estará en el Seminario Diocesano antes de partir al convento de las Madres Jerónimas. El sábado será el día más esperado con la celebración de la procesión magna desde el Paseo de Cánovas a la Plaza Mayor.
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