No lo duda ni un segundo. Guadalupe Mostazo, copropietaria de la cafetería Montebianco de la calle San Pedro, asegura rotunda que el novenario de la Virgen de la Montaña supone para su negocio «la mejor semana del año». «Da igual que llueva o que no ... llueva porque la gente va a Santa María sí o sí. Siempre. Ni Semana Santa ni el Womad, porque aquí sí que influye el tiempo. Para nosotros la semana de la Virgen es la mejor porque siempre hay gente. Hacemos el doble de caja», resuelve.
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En realidad, la estancia de la Virgen de la Montaña en la Concatedral dura algo más de una semana. Aquí permanece desde el día de su bajada a la ciudad, que fue el pasado miércoles, hasta el primer domingo de mayo, fecha fijada para su procesión de retorno. Las calles que llevan hasta Santa María registran en estas fechas mayor presencia de público y eso se nota en los negocios. La zona centro se dinamiza cada primavera con motivo de la presencia de la patrona en la Ciudad Monumental y su poder de atracción sobre los cacereños.
Lo sabe bien Ricarda Martín, la vendedora de dulces típicos que desde hace 51 años instala su puesto en el Arco de la Estrella. «Todos los años vendo los dulces en un par de horas, pero este año estoy tardando más. Este año hace frío y, además, no hay tanto dinero. A mí hacer los dulces me ha costado el doble que hace un año», señala en referencia al encarecimiento de los precios. «Con el dinero que antes compraba dos sacas de harina ahora solo compro una», relata junto a sus baños llenos de floretas, coquillos de miel, coquillos de azúcar, tortas de chicharrones y perrunillas. La unidad de coquillo, el dulce con más tirón, se despacha a 1,60 euros.
Muy cerca de Ricarda instala estos días su puesto Javier Jaramillo, vendedor de cupones de la ONCE. Durante el resto del año despacha los boletos en la Plaza Mayor. Pero ahora se aproxima a Santa María para aprovechar el tránsito de público. «Aunque el tiempo no acompaña mucho se ve movimiento. Se vende durante todo el día», asegura.
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María José Torrejón
Desde el año pasado la cofradía de la Virgen de la Montaña instala también su propio puesto de venta de 'merchandising' en la plaza de Santa María. Este 2024 se han lanzado nuevos artículos de recuerdo que incorporan una nueva estética de la Virgen de la Montaña, más infantilizada, para llegar precisamente al público más joven. El diseño es del artista Julián González. Hay botellas de agua, mochilas y bolsas de tela, colgadores para móviles, sudaderas y tazas. Lo más vendido, cuentan desde el puesto, es la pulsera de tela en color celeste (tono de la cofradía). Cuesta un euro.
Mientras tanto, la actividad sigue en el interior de la Concatedral con diez misas diarias. Ayer, sábado, la imagen lució uno de los mantos más antiguos de su colección, el número 4. Está confeccionado en terciopelo de color marfil y bordado en felpillas con sedas de colores e hilos de oro. En el delantal lleva el emblema de la Virgen en realce, con la corona real sobre el fondo de terciopelo. Esta pieza fue donada por Josefa Arce y la bordaron sus hijas.
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Entre las misas programadas para hoy destaca la de las 22.00 horas, por el día internacional de la salud y la seguridad laboral. A las 17.00 será la de la Hospitalidad de Lourdes
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