Violeta Cabrerizo, de cinco años, despacha rápido a la periodista que quiere indagar en sus emociones ante la llegada de la Virgen de la Montaña a su colegio, la Asunción (Josefinas). Va de punta en blanco con los atavíos regionales. «Estamos delante de la ... Virgen y le voy a entregar estas flores, el traje me lo han dejado, adiós». Se despide mostrando las flores blancas del ramo, alisándose la falda y sin perder detalle de lo importante. Un poco más pródigo en palabras es Hugo Vaca, un estudiante de 14 años de 4º de la ESO. «Es un orgullo enorme, una experiencia preciosa tener aquí a nuestra patrona y poder disfrutar de ella».
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Sentado junto a su grupo, esperaba la llegada de la imagen con un cartel con el que iban a formar la frase 'Madre de todos'. Unos 700 escolares y estudiantes de este centro religioso concertado (sostenido con fondos públicos), de Infantil a Bachillerato, recibieron a la patrona, que encara este jueves el trigésimo día de 'tourné' por la ciudad, un verdadero baño de multitudes por templos, instituciones y centros sociales. Antes, a las nueve de la mañana, había estado en otro de los concertados religiosos de la ciudad, el San Antonio, donde recibió también el calor de los más jóvenes, que aparcaron durante un rato los libros y las explicaciones para darse un chapuzón de tipismo local.
La nueva directora del colegio Josefinas, María José Jiménez Bachiller, calificaba de «privilegio» poder recibir la imagen. «Cada grupo tiene algo preparado», explicaba. «Esto es un centro religioso, la Virgen de la Montaña en la ciudad de Cáceres despierta muchas devociones, pero seguro que cosecha alguna más, porque hay gente que no es de Cáceres y a partir de ese momento se despierta su fervor». Además de los alumnos vecinos de la barriada donde se enclava este recinto escolar, el Perú, pudieron también contemplar esta mini-procesión. La imagen entró al centro escolar a hombros de hermanos de la cofradía y estudiantes y llevó a cabo un recorrido en el que los alumnos la recibieron con globos, cintas o banderolas con sus colores, el blanco y el azul. Una parte del alumnado, los más mayores, agitaban lazos desde las ventanas del propio edificio educativo.
La figura de la Virgen llegó hasta la capilla del centro, por donde todos los alumnos podían pasar para poder rezar y hacerse fotos con ella. La hermana sor Andrea fue la encargada de pronunciar un discursos de bienvenida. «Virgen de la Montaña, te recibimos con mucho cariño, nos sentimos contentos de que puedas pasar este día en nuestra casa, en nuestro colegio, regálanos tu amor y que puedas acoger las peticiones, los ruegos y las alabanzas que te vamos a presentar». Y acabó con un sonoro ¡Viva la Virgen de la Montaña! Secundado por cientos de gargantas.
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